La medición de efectos socio económicos de la realización de…

La medición de efectos socio económicos de la realización de la COP16

Escrita por: Carolina Murgueitio - Directora General.

La COP que se llevará a cabo en octubre de 2024 en Cali, se denomina COP16 porque es la 16ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático (Cmnucc) en el contexto del convenio de Diversidad Biológica. La COP16 tendrá el lema “Paz con la Naturaleza” y uno de sus objetivos es “mejorar la relación que tenemos con el ambiente, repensar un modelo de económico que no priorice la extracción, sobreexplotación y contaminación de la naturaleza”. Por su parte, las COP se refieren a las reuniones anuales de los países que han ratificado el Convenio sobre Diversidad Biológica (CDB) que se firmó en la Cumbre de la Tierra de Río de Janeiro en 1992. La COP es el máximo órgano del CDB y como tal dirige, supervisa y decide sobre el proceso de implementación y futuro desarrollo del Convenio.

Los efectos de estas conferencias se pueden medir por los resultados de los acuerdos y por los impactos que tengan en el país o en la ciudad anfitriona. Sobre este último tema, se ha venido discutiendo mucho últimamente. Más allá de las rivalidades, que podrían sugerir algunos medios de comunicación, sobre si el beneficio de hacer el evento es para Cali, si es para el país o si para las comunidades, en esta columna invitamos a que se realice una medición rigurosa y seria una vez culmine. Para ello, se pueden tomar ejemplos de metodologías que ya se han utilizado y publicado, como es el caso de la propuesta que se hace en el Economic Developmet Journal (2017) en donde su autor, Loftsgaarden presenta una metodología de medición de impacto de eventos mayores.

La literatura como por ejemplo la publicada por el Nist de Estados Unidos (por sus siglas en inglés National Institute of Standards and Technology), sobre “Métodos para calcular el impacto de eventos mayores” (2013), así como el Informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) sobre el impacto de las COP (2022), discute metodologías de medición, menciona efectos medibles como el aumento del turismo, pues la llegada de delegados, activistas y medios de comunicación puede impulsar este sector a nivel local, con un aumento en la ocupación de hoteles, restaurantes y servicios. De otro lado, los eventos suelen requerir mejoras en la infraestructura, como transporte y comunicación, lo que puede tener beneficios a largo plazo para la comunidad. Ser anfitrión de una COP puede elevar el perfil internacional del país, atrayendo inversiones y atención, especialmente en temas ambientales y de sostenibilidad. La preparación y realización de la conferencia suelen crear empleos temporales en varios sectores, desde la construcción hasta el servicio al cliente. Un evento de esta envergadura facilita la creación de redes entre gobiernos, ONG y el sector privado, lo que puede resultar en futuras colaboraciones y proyectos. La preparación para la COP puede impulsar la capacitación y el desarrollo de habilidades en el personal local, beneficiando a las comunidades.

Las metodologías que se utilizan van desde el análisis costo – beneficio, la publicación y análisis de estadísticas de turismo o de inversión, así como métodos cualitativos como estudios de caso, estudios de redes (networking) que se impulsan, entre otros.

Si bien hay que diferenciar el tipo de COP16 de Biodiversidad que es de carácter regional (aunque con presencia de múltiples naciones), de las consecutivas de carácter global, como la última COP27 de Cambio Climático en Egipto, la metodología de medición del impacto de realizar una conferencia no debería ser muy distinta. Estos impactos se han medido en varias ocasiones. Una de las más evaluaciones más emblemáticas, quizás por su trascendencia, fue la realiza a la COP21 de Cambio Climático que tuvo lugar en París.

En total, se estimó por parte del gobierno francés e instituciones académicas, que la COP21 generó un impacto económico significativo en París, con un rango de 180 millones a 200 millones en beneficios económicos directos, junto con la creación de empleos y la inversión. Se estimó que atrajo aproximadamente 40.000 asistentes y se reportó la creación de hasta 10.000 empleos temporales en la región, debido a la preparación y realización del evento. Cada asistente gastó un promedio de US$4.500 durante su estancia en la ciudad, incluyendo alojamiento, alimentación y transporte.

Para no ir tan lejos, el Gobierno de México y el Pnud calcularon que la COP16 de cambio climático (global) en Cancún en 2010, generó aproximadamente US$100 millones en ingresos relacionados con el turismo, que incluían el gasto de los delegados y otros asistentes. Se reportó la participación de alrededor de 30.000 delegados y que cada asistente gastó alrededor de US$3.000 durante su estancia, lo que contribuyó a la economía local.

La última medición de una COP similar a la de Cali es la de Marrakech, realizada por el Gobierno de Marruecos y el informe de Cmnucc. Se estimó que el evento generó alrededor de US$150 millones en ingresos turísticos, las mejoras en infraestructura superaron los US$100 millones y aproximadamente 9.000 empleos temporales relacionados con la organización del evento y al sector turístico.

La Alcaldía de Cali inicialmente ha estimado alrededor de 15.000 delegados y US$25 millones en ingresos directos para la ciudad. Sin embargo, los análisis que se hagan sobre la COP16 deberán incluir también los costos incurridos en su organización, que pueden variar significativamente según el país anfitrión, la duración del evento, la infraestructura disponible y el número de participantes. Por ejemplo, los costos por el uso de centros de convenciones, inversiones en transporte público, marketing y tecnología. En el caso de Cali, por la coyuntura del país, será necesario medir los costos asociados con la seguridad del evento, incluyendo personal de seguridad, control de acceso y medidas de emergencia. Para tener una referencia, se estima que los costos totales de la COP21 de París en cuanto a la organización fueron de aproximadamente de US$200 millones, incluyendo infraestructura, logística y seguridad. Los de Marrakech se estimaron entre US$50 y US$60 millones.

Por supuesto, un evento relacionado con la sostenibilidad deberá medir su huella de carbono. Para la de París, se realizó un análisis exhaustivo, que incluyó emisiones generadas por el transporte de asistentes, la construcción de infraestructura, y las actividades relacionadas con la conferencia. Se estimó que las emisiones totales fueron significativas, y se implementaron medidas para mitigar el impacto, como la compensación de carbono. Para la COP26 de Glasgow llevó a cabo una evaluación de su huella de carbono, considerando factores como el transporte aéreo de los delegados, el uso de energía en el centro de conferencias y los residuos generados.

Hasta ahora no se han encontrado mediciones de efectos sobre las comunidades específicas. Pero cuando se haya realizado la de Cali se deberá hacer el intento de especificar el valor del beneficio recibido por las que participaron en la conferencia. Las discusiones que se presenten deben poderse zanjar con datos y no con especulaciones. Vale destacar, que en esta ocasión, Econometría ha apoyado al Centro de Estudios Manuel Ramírez para hacer presencia en esta COP mediante un evento el día 1 de noviembre en el auditorio 2 de la Cámara de Comercio de Cali a las 10 am en el cual se realizarán simulaciones participativas de un modelo de financiación de Programas jurisdiccionales para enfrentar la deforestación y la degradación de los bosques.

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Niños, niñas y adolescentes: vulneración de sus derechos…

Niños, niñas y adolescentes: vulneración de sus derechos en el paso por el Darién

Escrita por: María Carolina Latorre López, socia - directora de proyectos

De acuerdo con el Servicio Nacional de Migración Panameña, el total de personas en movilidad por el Darién pasó de 6.465 en 2020 a 520.085 en 2023. En lo que va corrido de este año, se han registrado 238.185 personas transitando por esta área de frontera , de los cuales 21% son niños, niñas y adolescentes, provenientes de 36 países localizados en América del Sur (principalmente Venezuela, Colombia, Ecuador, Chile, Perú, Camerún y Brasil), el Caribe (Haití y Cuba), Asia (China, Vietnam, Bangladesh, Afganistán) y África (Angola, Ghana, Etiopía, entre otros).

La diversidad geográfica del país de origen de la población en movilidad muestra que son muchos los factores que los motivan a salir de su patria para aventurarse a un viaje con varias escalas y donde una de ellas implica cruzar la selva del Darién. Lo que sí comparten estas personas es el alto riesgo de vulneración de sus derechos a la vida, la seguridad, la dignidad, y a acceder a servicios básicos para su subsistencia.

Los niños, niñas y adolescentes que son embarcados en esta travesía que comienza en el norte de Colombia y termina en el sur de Panamá, ven vulnerados sus derechos antes, durante y después del tránsito. En el presente año, 40% de los menores registrados en el tránsito por el Darién fueron niños y niñas entre los cero y cinco años, quienes son más propensos a sufrir de desnutrición por las condiciones en las que, no solo cruzan la selva durante un trayecto de alrededor de cuatro días sin agua potable y escasez de alimentos, sino también en las que permanecen en los sitios de recepción migratoria antes y después de la travesía.

El 36% de los niños y niñas que cruzaron la selva del Darién en 2024 están entre el rango de los seis y los 11 años de edad. Este grupo, además del riesgo de desnutrición y salubridad, ve vulnerado su derecho a la educación y la recreación, teniendo que dejar sus escuelas meses antes de emprender su viaje, careciendo de acceso a espacios educativos y recreativos durante su tránsito, y teniendo la incertidumbre de las posibilidades de educación que tendrán una vez logren llegar a su destino final, en el caso en el que realmente logren llegar.

Del último grupo de niños, niñas y adolescentes en tránsito por el Darién, correspondiente a 24% que tiene entre 12 y 17 años, a la vulneración de derechos se le suma el riesgo de ser víctima de violencia sexual o testigo de casos de violencia sexual contra sus familiares o personas que transitan en su grupo. Son niños y niñas que muchas veces pierden la posibilidad de serlo, porque se ven obligados a tomar roles de adultos o adultas para proteger a sus madres, hermanos y hermanas menores o personas de la tercera edad.

El panorama para estos menores es desolador, más en un contexto donde los gobiernos se rehúsan a buscar soluciones estructurales y, en algunos casos, a emitir declaratorias de emergencia que permitirían proteger a la población en movilidad y mitigar los riesgos de la vulneración de los derechos. La desafortunada balanza es compensada por la respuesta humanitaria de emergencia organizada e implementada por el sistema de las Naciones Unidas, que muestra que con pequeñas acciones se puede hacer la diferencia.

Una de las agencias pioneras en esta respuesta es Unicef. En la evaluación de la respuesta humanitaria de Unicef a la niñez y adolescencia en contexto de movilidad por Panamá, realizada por Econometría Consultores, se evidenció el rol fundamental de las Naciones Unidas en dar visibilidad a la emergencia, conseguir recursos para atender a la población en tránsito y realizar acciones que, en la medida de lo posible, contribuyan a gozar del derecho a tener una vida digna.

Son varios los ejemplos que confirman el impacto que estas acciones pueden tener sobre los niños, niñas y adolescentes. Desde el acompañamiento de un menor no acompañado para que logre reunirse con sus familiares, pasando por la posibilidad de tomar agua potable, bañarse, lavar su ropa y usar un baño, de volver a sentirse niño o niña en un espacio seguro donde puede jugar con otros menores, reírse y tener un rato de esparcimiento, de tener una atención psicológica en caso de haber sido víctima o testigo de un caso de violencia sexual, hasta poder tener atención médica y seguimiento a su estado de nutrición.

Estas acciones transforman las vidas, no solo de quienes transitan por la selva buscando llegar a un destino en otro país, dándoles un espacio seguro y aliento para seguir su camino, sino también a comunidades de acogida a donde llega la población en movilidad, las cuáles han recibido apoyo de agencias de Naciones Unidas y de sus socios implementadores para ampliar y adecuar sus servicios al flujo de personas.

Si bien aún quedan oportunidades de mejora en la respuesta a la emergencia, como proveer alternativas educativas con materiales didácticos que los niños, niñas y adolescentes puedan trabajar durante su viaje, reforzar la calidad de los servicios de agua y saneamiento, adaptar la asistencia a necesidades particulares de población con discapacidad y Lgtibq+, fortalecer los equipos que ofrecen asistencia en salud mental, entre otros, es difícil imaginar cómo podría la población en movilidad retomar fuerzas para continuar con su camino después del cruce del Darién, sin la asistencia prestada por Unicef y otras agencias tanto en las comunidades de acogida como en las Estaciones de Recepción Migratoria, que es el lugar donde permanece la población antes de tomar un bus para Costa Rica, su siguiente país de destino.

No debemos olvidar que los niños, las niñas y las adolescentes que transitan por la selva del Darién diariamente son seres humanos sometidos a vivir una experiencia que cambia sus vidas para siempre, donde se vulneran todos sus derechos y donde la negación de sus necesidades y el ignorar los riesgos que enfrentan acrecienta aún más las consecuencias que esta travesía puede traer para la salud física y mental de ellos mismos y de quienes los rodean. Las políticas en contra de la movilidad por el Darién no pueden desconocer la situación de los menores que hacen parte del grupo de personas que de alguna u otra forma encuentran la manera de cruzar la selva, siendo su tránsito cada vez más peligroso en la medida en que la mirada de los gobiernos se enfoque hacia el control y no hacia la protección.

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El desempeño sobresaliente de los deportistas paralímpicos…

El desempeño sobresaliente de los deportistas paralímpicos colombianos

Escrita por: Carolina Murgueitio - Directora General.

Hace dos semanas, ya con el telón abajo de los Juegos Olímpicos de París, en este mismo espacio se documentó por qué es importante una inversión inteligente en el deporte. Resulta que el telón de las justas paralímpicas se abrió y con mucho mayor fulgor para el deporte colombiano. No se han terminado las competencias y en el momento de redacción de esta columna la delegación colombiana nacional ya cuenta con cuatro oros, seis platas, nueve bronces y 21 diplomas, de lejos, mejores resultados que en los juegos que les precedieron. No obstante, ya no está el mismo número de personalidades acompañando a los deportistas, ya no está la primera dama y el séquito presidencial animándolos y tampoco se tiene el mismo seguimiento por parte de la audiencia.

En la evaluación que realizó Econometría sobre el Plan Decenal de Deporte (PDD) 2002-2022 se evidenció que la inversión en deportes paralímpicos es menos de 1% de lo que se destina al deporte convencional. En general, según datos del Ministerio del Deporte, la inversión anual por atleta olímpico es entre los $20 y $30 millones mientras que para los paralímpicos es la mitad. De otro lado, si bien el enfoque de inclusión ha sido reconocido como lineamiento del PDD, se presentan brechas en la implementación que demandan ser superadas, en especial en los entes territoriales.

Si es tan baja la inversión y la implementación presenta tantos retos, ¿Por qué nos va mejor en términos de resultados medidos en medallas? En efecto, Colombia ha ganado reconocimiento internacional por su destacado desempeño en los Juegos Paralímpicos, superando las expectativas y logrando medallas en diversas disciplinas.

El sobresaliente desempeño de los deportistas paralímpicos en Colombia se debe a una combinación de factores que incluyen un enfoque en el talento específico, la preparación y entrenamiento especializados, la gestión del Comité Paralímpico Colombiano (CPC) y el apoyo de algunas organizaciones de la sociedad civil y empresas patrocinadoras como Priority Pass, la motivación personal, así como oportunidades más accesibles en competiciones.

Uno de los aspectos más destacados es el enfoque en identificar y desarrollar talentos específicos en deportes donde Colombia ha demostrado ser competitiva. En disciplinas como el levantamiento de pesas, el atletismo y el ciclismo, se han creado programas de detección de talentos que permiten a los atletas paralímpicos recibir atención y recursos desde una edad temprana. Este enfoque selectivo no solo ayuda a los atletas a perfeccionar sus habilidades, sino que también fomenta un ambiente de competencia saludable y motivador.

Por el contrario, en el ámbito olímpico, aunque también se trabaja en la identificación de talentos, la diversidad de disciplinas y la gran cantidad de atletas compitiendo hacen que el enfoque sea menos personalizado. Esto puede resultar en una dispersión de recursos y una menor atención a los atletas en deportes menos populares, lo que afecta su rendimiento general.

La calidad del entrenamiento es otro factor clave. Los programas de preparación para deportistas paralímpicos han evolucionado significativamente, incorporando entrenadores especializados que entienden las necesidades únicas de cada atleta. Estos entrenadores no solo se enfocan en la técnica y en la estrategia, sino que también consideran las adaptaciones necesarias para cada deportista, lo que maximiza su potencial.

En el ámbito olímpico, aunque existe un alto nivel de preparación, la competencia es más intensa y las expectativas son elevadas. Esto puede llevar a una presión adicional sobre los atletas que termina afectando su rendimiento. La personalización del entrenamiento en el deporte paralímpico puede ser un factor que contribuye a la obtención de mejores resultados en competencias internacionales.
En comparación, el deporte olímpico en Colombia a menudo recibe más atención y recursos, pero esto no siempre se traduce en un apoyo equitativo para todas las disciplinas. Algunas áreas del deporte olímpico pueden quedar relegadas, lo que limita las oportunidades de medalla en esas categorías.

Otro aspecto para considerar es que, en algunos deportes paralímpicos, el número de competidores es menor en comparación con las categorías olímpicas. Esto puede facilitar la obtención de medallas para los atletas paralímpicos, ya que compiten en campos donde pueden tener una ventaja competitiva. Sin embargo, esto no resta valor al esfuerzo y dedicación que cada atleta pone en su preparación.

En el ámbito olímpico, la competencia es feroz y el número de atletas por disciplina puede ser abrumador. Esto, combinado con la alta calidad de los competidores internacionales, puede hacer que obtener una medalla sea un desafío aún mayor para los atletas olímpicos colombianos.

La historia de los atletas paralímpicos a menudo está marcada por la superación de desafíos personales significativos. Muchos de ellos han enfrentado adversidades que van más allá de las lesiones físicas, como la discriminación y la falta de oportunidades. Esta lucha no solo les proporciona una fuente de motivación poderosa, sino que también genera una mentalidad de resiliencia que se traduce en un rendimiento sobresaliente en la competencia. Tristemente se encuentran cifras escandalosas proporcionadas por el CPC como que el conflicto armado ha producido alrededor de 300 deportistas víctimas de minas antipersonal y hasta la fecha, 27 han ganado medallas en los Juegos Paralímpicos.

También hay historias de superación de personas con discapacidad cognitiva que en el deporte han encontrado su propósito de vida, como es el caso de Juan Pablo Naranjo en atletismo y Tatiana Calderón en deportes adaptados, que han sido referentes en la promoción del deporte para personas con discapacidad cognitiva. Y el famoso Crispín, nuestro “Michael Phelps paralímpico” para quien la acondroplasia, una enfermedad que afecta el crecimiento, no ha sido impedimento.

El deporte paralímpico necesita un apoyo muy superior al que actualmente tiene tanto desde lo institucional, así como desde los patrocinadores. Por ejemplo, se debería hacer algo como lo que hizo con el Decreto 941 de 2022 en que se tomaron varias medidas en pro del deporte femenino, entre otras se fijó que como mínimo se le debía destinar 30% de los recursos de cofinanciación destinados a Federaciones. Otras acciones pueden ser la promoción y visibilidad, la inversión en infraestructura accesible, voluntariados, así como un apoyo decidido a través del presupuesto nacional. Si el presupuesto para los deportistas colombianos se reduciría el próximo año en unos $848.000 millones, pasando de $1,312 billones en 2024 a $464.000 millones, ¿se imaginan para el deporte paralímpico?

 

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La inversión inteligente en el deporte

La inversión inteligente en el deporte

Escrita por: Carolina Murgueitio - Directora General.

Después de bajar el telón de los juegos olímpicos de París 2024, en Colombia se ha hablado mucho del exiguo desempeño de nuestra representación, que en justas anteriores definitivamente fue mejor. Sin desconocer el gran logro personal de las cuatro medallas y los 14 diplomas olímpicos, para nadie es un secreto que los deportistas se hacen gracias a su tenacidad, pero sus éxitos requieren de un apoyo constante de sus patrocinadores, y sobre todo de una política pública firme y con músculo financiero.

Un deportista se hace a través de la persistencia, la impulsada por sus padres durante la niñez y la estimulada por el sistema público que lo cobija cuando se profesionaliza. Un modelo de gestión pública de estímulos conocido es el norteamericano, en el que los estudios de las personas se financian a través de becas otorgadas por sus potencialidades deportivas. Otro sistema interesante es el chino, en el que desde muy temprana edad se identifica al individuo con potencial deportivo y durante toda la vida el Estado patrocina su camino, incluso de una manera autoritaria.

En Colombia hay grandes desafíos. Ya en este mismo espacio Carolina Suárez y Martha Isabel Gutiérrez plantearon los resultados de la evaluación realizada en 2022 por Econometría del Plan Decenal del Deporte (PDD) 2009-2019. En ella se pudieron evidenciar tanto resultados positivos como oportunidades de mejoramiento. Entre estos resultados positivos se destacan la creación del Ministerio del Deporte, el incremento en la inversión, particularmente en 2017 y 2019, una mayor participación de las entidades territoriales en dicha inversión y la coherencia en la estructuración del PDD. Para esos años, en términos de posicionamiento deportivo, se documentaron mayores resultados en la obtención de medallas en competencias de alto nivel. Sin embargo, también se evidenciaron debilidades, como la necesidad de más liderazgo y rectoría por parte del Ministerio, en particular, la necesidad de abordar y comprender el deporte como derecho y como componente de una parte importante de la formación humana integral.

Con la baja ejecución presupuestal, los escándalos de corrupción al inicio de la administración del actual gobierno en el Ministerio del ramo, la irresponsable pérdida de la sede de los Juegos Panamericanos y el anuncio de que en presupuesto para 2025 se tendrá una reducción de 66% del presupuesto frente a 2024, el panorama es desolador para el deporte olímpico de cara a Los Ángeles 2028. Y es que la conquista de una medalla olímpica va más allá del orgullo nacional, pues su impacto en la economía de un país puede ser profundo y duradero. En un mundo donde el deporte y la economía están cada vez más entrelazados, entender este fenómeno se vuelve esencial.

Una medalla olímpica atrae la atención mundial. Los atletas que se destacan en los Juegos Olímpicos no solo elevan el perfil de su deporte, sino que también convierten a su país en un destino turístico atractivo. Las naciones que han tenido éxito en los Juegos suelen ver un aumento en las visitas de turistas interesados en explorar la cultura y el deporte local. Este flujo de visitantes se traduce en más ingresos para hoteles, restaurantes y comercios.

El éxito olímpico abre las puertas a nuevas oportunidades de patrocinio. Las marcas están dispuestas a invertir en atletas que han demostrado su valía en el escenario mundial. Esto no solo beneficia al atleta individual, sino que también repercute en las federaciones deportivas y en la economía local. La publicidad asociada a estos logros puede generar ingresos significativos que revitalizan la industria deportiva del país.

La consecución de medallas olímpicas a menudo impulsa a los gobiernos a invertir más en infraestructura deportiva. La creación y mejora de instalaciones no solo beneficia a los atletas de élite, sino que también ofrece oportunidades para la práctica deportiva a nivel aficionado, contribuyendo al bienestar de la población.

El éxito en los Juegos Olímpicos puede inspirar a la población a ser más activa. Aumentar el interés por el deporte tiene efectos positivos en la salud pública, puesto que reduce la incidencia de enfermedades relacionadas con el sedentarismo. Esto, a su vez, disminuye los costos en atención médica y mejora la productividad laboral, creando un ciclo virtuoso que beneficia a la economía.

Estos impactos se han cuantificado. Por ejemplo, el Comité Olímpico Internacional (COI) ha publicado varios informes que analizan el impacto económico de los Juegos Olímpicos en las ciudades anfitrionas. Estos estudios destacan el aumento en el turismo, la inversión en infraestructura y los beneficios a largo plazo, como lo indican otros estudios que se mencionan a continuación.

Un estudio de la Universidad de Oxford (2016), evaluó el impacto económico de las medallas otorgadas en el Reino Unido, concluyendo que cada medalla ganada en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 generó un retorno significativo en términos de inversión en deporte y turismo. Por su parte, un análisis de la Universidad de California (2013), enfocado en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008 indicó que la victoria de los atletas no solo aumentó el interés en el deporte, sino que también impulsó el turismo y la inversión en instalaciones deportivas en sus países.

Otra investigación de la Universidad de Queensland (2017), examinó el impacto de las medallas olímpicas en Australia, y concluyó que cada medalla contribuyó significativamente al aumento del orgullo nacional, lo que se tradujo en un incremento en el turismo y el patrocinio. El Instituto de Investigación Económica de Alemania (2018) analizó el impacto de las medallas ganadas por el país, concluyó o que el éxito deportivo tiene un efecto positivo en la economía local, a través de la creación de empleo y el aumento del gasto en actividades deportivas.

También se han realizado investigaciones sobre el efecto contrario, es decir sobre qué implica un bajo desempeño en competencias deportivas. En 2015 el autor Coakley publicó un libro sobre cómo los malos pobres resultados en el deporte de competencia internacional puede afectar la percepción social, el apoyo comunitario y la identidad cultural. También vale la pena mencionar una publicación de Holt y Dunn (2006) en la que se demuestra cómo la falta de apoyo social ante un bajo desempeño puede llevar a problemas de integración social y aislamiento.

En América Latina, varios estudios han analizado el impacto económico de las medallas olímpicas en países como Brasil y México. Un estudio del gobierno brasileño (2018), estimó que los Juegos Olímpicos de Río generaron un ingreso de aproximadamente US$30.000 millones. Aunque esto incluye toda la inversión en infraestructura y el evento en sí, el éxito de los atletas brasileños contribuyó a un aumento en el turismo y en el interés por el deporte incidiendo positivamente en el PIB de manera significativa. No obstante, es necesario reconocer que los efectos a largo plazo han sido objeto de debate, especialmente en cuanto a la sostenibilidad de las inversiones realizadas.

En México, un análisis realizado por la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) acerca del impacto de las medallas ganadas en Londres 2012, sugirió que cada medalla de oro generó un retorno estimado de entre US$2 y US$4 millones en términos de patrocinio y turismo. Además, las victorias en Londres aumentaron el interés en el deporte, lo que se tradujo en un incremento de la inversión dirigida a infraestructura deportiva y programas de desarrollo integral.

Por otra parte, un estudio sobre el impacto del deporte en Chile realizado por la Universidad Católica, ha señalado que el éxito en eventos internacionales, incluidos los Juegos Olímpicos, ha fomentado un aumento en la actividad deportiva y en el turismo, aunque falta un análisis específico que cuantifique el impacto en el PIB relacionado con las medallas.

Estos ejemplos ilustran que, aunque la cuantificación exacta del impacto sobre el PIB puede ser difícil, hay evidencias que indican que el éxito olímpico en los países, incluyendo los de América Latina tiene efectos positivos en la economía, tanto a corto como a largo plazo. Pero el impacto de una medalla olímpica va más allá de lo económico, ya que genera un sentido de orgullo nacional y cohesión social. Del mismo modo, la victoria de un atleta puede unir a un país, fomentando un ambiente de colaboración y apoyo que, a largo plazo, puede traducirse en estabilidad y crecimiento económico. Promover el deporte y apoyar a los atletas puede ser una inversión inteligente para cualquier nación que aspire a un futuro próspero y saludable.

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Valor compartido como herramienta de coordinación…

Valor compartido como herramienta de coordinación público-privada

Escrita por: Benjamín Venegas, director de proyectos y David Orjuela, coordinador de proyectos.

Tal como se plantea desde el gobierno nacional, dentro de los objetivos del plan de reactivación económica, se encuentra el mejoramiento de las condiciones de la población en las regiones, para lo cual, se han gestionado proyectos con empresas privadas para generar sinergias que aporten al crecimiento económico del país.

En esa línea, Econometría ha documentado en estas páginas varias experiencias (por ejemplo, los de Alpina y Bavaria) en las cuáles se muestra la conveniencia de consolidar alianzas público-privadas para escalar proyectos exitosos de generación de capacidades de desarrollo para la población, combinando adecuadamente recursos del estado y del sector privado. lo que ha permitido a los habitantes de los municipios intervenidos el acceso a bienes públicos. Por su parte, se trata también de una apuesta de transmisión de conocimientos apoyada en el monitoreo, el seguimiento y la documentación, para generar evidencias que permitan servir de ejemplo sobre la manera de abordar problemas de manera estratégica y con resultados medibles.

Particularmente, cuando se combinan las experiencias de iniciativas privadas y los laboratorios de v, se pueden obtener beneficios significativos para la sociedad, ya que se cuenta con información muy útil sobre la situación social de las comunidades intervenidas, tales como niveles de pobreza, de educación, de salud, y de problemáticas ambientales, entre otros temas. Respecto a este último punto, vale la pena recordar que las Naciones Unidas afirman que el logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) para 2030 necesita un nivel de acción colectiva sin precedentes, y un mayor compromiso de todos los actores no estatales relevantes, entre los que se encuentran las empresas del sector privado.

Considerando lo anterior, un reto importante por parte de las empresas privadas es el de visibilizar todos los esfuerzos hechos para que de esa manera se puedan establecer líneas de trabajo conjunta con el gobierno en los temas más relevantes para la sociedad. Por ejemplo, Econometría Consultores ha desarrollado varios estudios en los que se cuantifica el aporte del sector privado a la sociedad a partir de la medición del Valor Compartido; sin embargo, los clientes no se han articulado de manera idónea con canales de difusión existentes para que compartan sus experiencias, lo que permitiría la escalabilidad y un mayor aprovechamiento de sus resultados.

Estos y otros estudios pueden proporcionar información valiosa para la sociedad, por lo que es importante resaltar los esfuerzos realizados para su difusión. Por ejemplo, la Cámara de Comercio de Bogotá desarrolló una iniciativa denominada “Red de Valor Compartido”, a partir de la cual se visibilizan algunas buenas prácticas empresariales bajo el concepto de valor compartido. Además, con esta red se busca generar valor agregado para el sector privado ya que promueve el aprendizaje continuo para que las empresas adquieran un mayor nivel de competitividad. En el marco de esta iniciativa se hizo entrega de premios a empresas que se destacaron por su experiencia exitosa en la generación de valor para la sociedad, dentro de las cuales se resaltan Corona, Colcerámica, Securitas Colombia, Daviplata, Nestle, Cafam y Cine Colombia.

Un cálculo reciente realizado por Econometría Consultores para una firma colombiana evidencia que el aporte a la sociedad por parte de esta ronda 0,3% del PIB de 2023, con un aporte a la población más vulnerable equivalente a 0,06 puntos del PIB. Sobre este último aporte, se resalta el efecto de los programas de inclusión productiva mediante la generación de ingresos a través del desarrollo de emprendimientos, que, como menciona Econometría Consultores en su libro “Colombia después de la pandemia, la urgencia de lo estructural”, tiene un aporte fundamental en la inclusión social. Es importante resaltar que la inclusión social en sí misma no es suficiente para garantizar la inclusión productiva, por el contrario, esta última genera las condiciones para una inclusión social adecuada; y que, históricamente, el gasto público ha tenido una concentración en acciones de inclusión social pero no de inclusión productiva.

Otro de los programas de la evaluación realizada mostró un efecto importante sobre el acceso de la población vulnerable al micro-financiamiento. El acceso a recursos financieros por parte de población vulnerable se ha caracterizado por cobros excesivos de tasas de interés que los enfrascan en una trampa de pobreza, por lo que la medición hecha por Econometría evidencia un ahorro de recursos importante. Sobre este aspecto, el gobierno nacional ha tratado de generar mecanismos de acceso a créditos con tasas de interés adecuadas a través de Bancóldex y Banco Agrario, Otras entidades privadas han dado pasos significativos en esa dirección. Tanto las entidades estatales como las privadas pueden beneficiarse al compartir sus experiencias y mejores prácticas.

Finalmente, en el estudio realizado para medir el valor agregado, se identifica el aporte fundamental de los programas de formación para el trabajo, con lo cual se generan mejores oportunidades económicas para la población beneficiada. En el libro citado, Econometría resalta la dificultad por parte del sector productivo por encontrar personal con habilidades necesarias, por lo que es necesario fortalecer la conexión entre el sector productivo, las entidades de formación y el Estado. Por su parte, se requiere la coordinación de recursos entre el gobierno central y los gobiernos locales, de tal manera que la distribución de recursos se haga considerando variables objetivo como la tasa de desempleo o su reducción en las diferentes ciudades, o la generación de nuevos empleos formales.

En síntesis, es claro que Colombia hoy en día aún atraviesa por problemáticas que requieren de una reforma estructural, pero se ha tenido un aporte importante en la generación de valor por parte de las empresas privadas, con lo cual se evidencia mejorías en las condiciones de vida de la población beneficiada. Sin embargo, potenciar la generación de valor compartido requiere de una mayor y mejor visibilización de las acciones desarrolladas por el sector privado, de una articulación estrecha a través de alianzas público – privadas y de la generación de evidencia que fomente la puesta en marcha de programas basados en evidencias a partir de datos. Econometría Consultores puede apoyar a las empresas que quieran participar en el esfuerzo de medir y de difundir los resultados positivos de esas acciones de valor compartido.

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Violencia en Ecuador: más allá de la pobreza y desigualdad

Violencia en Ecuador: más allá de la pobreza y desigualdad

Escrita por: Natalia Cardona y Alejandro Peláez de Laboratorio de Justicia y Política Criminal (aliados de Econometría)

El número de homicidios intencionales en el Ecuador se multiplicó por ocho en los últimos cinco años, pasó de 996 en 2018 a 8.012 en 2023, lo que representa un crecimiento sin par entre los países de la región. En estos años también crecieron las menciones e historias sobre organizaciones criminales como Los Choneros, Los Lobos, los Tiguerones, Los Lagartos y los Chone killers, que están cada vez más presentes en las noticias y en las redes sociales, cada una con su mitología y su panteón lleno de personajes con alias carcelarios como Rasquiña, Doble A o Fito, y sus bandas sonoras que incluyen desde corridos hasta baladas pop.

Ecuador ha sido un punto estratégico para el tráfico de narcóticos. Varios de sus puertos sobre el Pacífico -como Guayaquil- mueven miles de contenedores al día y están conectados por autopistas de quinta generación con el resto del país y, en especial, con algunas de las principales zonas cocaleras de Colombia. Esta ubicación estratégica, claro, lleva existiendo desde el nacimiento del mercado ilegal de cocaína, y no es un fenómeno que haya cambiado en estos años.

Las condiciones socioeconómicas del Ecuador en ese mismo periodo tampoco han cambiado de forma sustancial a la de sus países vecinos. En toda la comunidad andina la situación es similar y, salvo por la pandemia que afectó a todos y no solo a Ecuador, el progreso social en la región es lento, pero sin sobresaltos. La mayoría de los colombianos, ecuatorianos y peruanos en estos años han recorrido una senda similar de progreso social y económico.

A pesar de estas similitudes, a diferencia de Perú o Colombia, la violencia letal explotó en Ecuador, alcanzando una tasa de homicidios intencionales de 44,5 por 100.000 habitantes en el año 2023. Las causas pueden ser múltiples, pero una revisión detallada de la relación del homicidio con variables como la educación, la pobreza, la desigualdad o los ingresos parece apuntar a que la explicación principal no está ahí, y que es necesario explorar otras hipótesis.

Una de ellas es que la violencia letal en Ecuador ha aumentado por la interacción de tres factores principalmente: (i) un cambio en las características del crimen organizado que a su turno ha llevado no solo a diferentes estrategias de control social y territorial, sino también a un aumento de las disputas violentas, internas y externas; (ii) un desborde de la capacidad de las autoridades del Estado para contrarrestar dicha violencia; (iii) un consecuente deterioro de las relaciones de confianza al interior de las comunidades y un aumento de la permisividad y de las personas con conductas ilegales y violentas. Esto último, a su vez, puede llevar a una exacerbación de los comportamientos violentos, incluso aquellos no relacionados directamente con el crimen organizado.

En este sentido, El libro ‘More Money, More Crime: Prosperity and Rising Crime in Latin America’ (Bergman, 2018) recoge de forma exhaustiva la literatura sobre el crimen en Latinoamérica y ofrece un análisis de su aumento, que va más allá de las explicaciones clásicas que se tenían. De acuerdo con Bergman, paradójicamente, a pesar de las mejoras en los indicadores económicos, la estabilidad política y las reducciones en la pobreza y la desigualdad, la región ha experimentado un aumento significativo tanto en los crímenes violentos, como en los delitos contra la propiedad.

El autor propone que el aumento del crimen se puede atribuir a su interpretación como una empresa lucrativa alimentada por una fuerte demanda de bienes y servicios ilícitos, que ha superado las capacidades de la policía y el sistema judicial para controlar y castigar a quienes cometen los delitos.

Los mercados ilegales pueden operar por años sin violencia. Los criminales, que son buenos empresarios, saben que lo mejor para el negocio es que sus actividades transcurran sin sobresaltos; las masacres y el ruido traen problemas y elevan los costos de operar, por lo que lo ideal es mantener un equilibrio de baja violencia. Pero cuando ciertos eventos suceden, los equilibrios se rompen y la respuesta de estos grupos suele ser un aumento brutal de la violencia, una espiral de sangre para adueñarse del pedazo más grande del ponqué (o de todo). Esto ha pasado en varios lugares y en diferentes momentos.

Un ejemplo clásico es el de la Mattanza, una guerra a principios de los años 80 en Sicilia que enfrentó a las familias de la mafia y dejó cientos de muertos y otros tantos desaparecidos. Esta guerra, como ocurrió en Medellín hace un tiempo, también enfrentó a las bandas del crimen organizado contra la fuerza pública y las instituciones.

Este tipo de situaciones crea un círculo vicioso donde el crimen y la violencia aumentan, las instituciones se debilitan, son cooptadas y pierden la capacidad para gestionar el orden público y judicializar a los responsables. Y a su vez, los lazos de confianza entre los ciudadanos se rompen.

Las recetas para enfrentar estas situaciones de desequilibrio no son fáciles, pero la experiencia deja tres puntos:

• Reducir la violencia es más importante que luchar contra los mercados ilegales y ese debería ser el foco de la política pública. Algunas estrategias contra el narcotráfico, por ejemplo, pueden aumentar la violencia, por lo que es clave enfocarse en reducir los daños causados por el tráfico de drogas y, sobre todo, en la violencia derivada por la lucha por el control de este mercado.

• La justicia debe priorizar la investigación de los grupos y personas más violentos, no todos los crímenes por igual. Es importante investigar los casos más graves, como ataques a funcionarios públicos, periodistas o líderes de derechos humanos.

• Las autoridades deben mejorar su comprensión de cómo se mueve el dinero en las economías ilegales. Esto ayudará a identificar a los principales beneficiarios y a elegir mejor los objetivos de las acciones legales.

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Sobre el futuro de la inflación, columna para La República

Sobre el futuro de la inflación

Escrita por: Julián Roa Rozo, coordinador de proyectos de la firma.

A nivel mundial la inflación se ha disminuido de manera importante. No obstante, todavía no se puede cantar victoria. De hecho, en varios países la reducción de la inflación se ha desacelerado, o se está estabilizando en niveles mayores a los vistos antes de la pandemia. En esta columna se proponen dos razones que permiten suponer un posible escenario de convergencia a una inflación más alta.
Por un lado, factores como la desglobalización y el envejecimiento de la población sugieren que la inflación será mayor en los próximos años.

Con la guerra de Ucrania, el conflicto en Israel y la potencial invasión de China a Taiwán, se ha hecho claro que el equilibrio de poderes ha cambiado. Esto ha reavivado los aranceles como un mecanismo de guerra económica. Poco a poco se ve cómo Estados Unidos ha vuelto a medidas proteccionistas, que, en la medida en que materialicen. Si dichas medidas se materializan, como respuesta, no tardarán en ser emuladas en el resto del mundo. De esta manera, se configurará un nuevo equilibrio en donde el comercio internacional tendrá un menor rol y los precios tenderán a ser mas altos pues la competencia internacional tendrá un menor poder.

Adicional al fin de la globalización, el mundo está entrando en una fase de envejecimiento y la población en edad de trabajar va a empezar a caer. Ello podría incrementar la inflación. La reducción en la población en edad de trabajar dará un mayor poder relativo a los trabajadores, quienes al ser relativamente menos podrán exigir mayores salarios, los cuales se transmitirán a una mayor inflación.

La conjunción del alto crecimiento poblacional en Asia junto con la reducción de los aranceles en los años 90 puede explicar la reducción en la inflación a nivel global en el periodo 1990-2019. Hoy estos factores se están reversando y se podría esperar una mayor inflación en el futuro. Por un lado, los efectos de los aranceles podrían verse en un plazo de cinco años, mientras que los efectos de los factores demográficos se podrían ver a lo largo de tres décadas.

Por otro lado, los bancos centrales tienen un rol en esta convergencia a un nivel más alto de inflación. Algunos bancos centrales incrementaron su meta de inflación. Otros bancos centrales perdieron credibilidad ante el público.

Al lector le surgirá la pregunta del porque algunos bancos centrales incrementaron sus metas de inflación.

Luego de la crisis de 2008, las economías avanzadas bajaron sus tasas de política monetaria a 0% con el fin de poder incentivar la demanda. Ello empezó a preocupar a los economistas. La razón principal es que, si llegase una nueva crisis económica, los bancos centrales no tendrían espacio alguno para responder pues ya no podrían bajar más su tasa de interés.

¿Qué hacer? Una solución propuesta por académicos como Olivier Blanchard es incrementar la meta de inflación. ¿Cómo funciona? La ecuación de Fisher nos dice que, en el largo plazo, la tasa de interés nominal neutral es igual a la tasa de interés real natural más la meta de inflación. Como los bancos centrales no controlan las fuerzas detrás de la tasa de interés natural (demografía, productividad, entre otras), la alternativa seria simplemente incrementar la meta de inflación.

¿Es así de simple? ¿Con una resolución se sale de este problema? No. Japón es un claro ejemplo de que incrementar la meta de inflación por si sola no garantiza este resultado. Sin embargo, si el incremento a la meta de inflación se hace de manera oportunista, es decir, aprovechando un choque de demanda como un mayor gasto público, la inflación si se puede incrementar a una meta mayor.

Este incremento oportunista es justamente lo que lo que pasó en 2020 en Estados Unidos y en la Zona euro. Los bancos centrales de ambas economías aumentaron sus metas de inflación y en éstas se implementaron paquetes fiscales importantes para hacer frente a la pandemia. En 2020, la reserva federal se pasó de una meta de inflación de 2% a una meta de inflación promedio de 2%. Por su parte, el Banco Central Europeo pasó de una meta de inflación “cercana, pero por debajo de 2%” a una meta simétrica de 2% en 2021. Ambos cambios suenan inconsecuentes, pero no lo son.

Finalmente, algunos bancos centrales sufrieron pérdidas de credibilidad. La combinación de una política fiscal expansiva junto con una política monetaria laxa pudo afectar la credibilidad en la meta de inflación. Este pareciera ser el caso de Colombia. En la gráfica adjunta se muestra el nivel de anclaje de las expectativas de los analistas a la meta de inflación. Un anclaje perfecto se da cuando dicha variable es igual a 1 y la perdida de total del anclaje en la meta se da cuando esta variable es igual a 0.

Se puede ver como durante el choque inflacionario de 2021-2022, las expectativas de inflación estaban menos ancladas a las expectativas que antes de la pandemia. Hoy se ve que se ha recuperado cierta credibilidad en la meta, pero hace falta camino para recuperar los niveles de anclaje previos a la pandemia.

¿Qué se aprende? Lo primero es que el mundo está cambiando mucho más rápido de lo que parece y podemos estar entrando en una nueva era. Es posible que la inflación sea mayor de manera estructural y los bancos centrales deberán adaptarse a este nuevo ambiente. Por lo anterior, una visión más prospectiva y menos cortoplacista es necesaria en las autoridades macroeconómicas. Segundo, así como los incrementos en las metas de inflación son creíbles si hay un mayor gasto fiscal, la viabilidad de las desinflaciones puede beneficiarse de una mayor austeridad en el gasto público.

Las medidas recientemente tomadas por el gobierno colombiano de austeridad fiscal pueden ayudar a una reducción de la inflación, caso en el cual serían de aplaudir. Finalmente, vale la pena investigar, con mayor rigor, si el Banco de la República de Colombia debe defender su credibilidad, para que sus mensajes ayuden a disminuir las expectativas de inflación. Preocupa por ello el reciente incremento en el IPC del mes de junio. La manera de conservar esa credibilidad es la prudencia en las próximas decisiones que debe tomar sobre el comportamiento de las tasas de interés. En el pasado el Banco ha sido prudente. Esperamos que lo siga siendo en el futuro.

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Innovación educativa: experiencias de Colombia…

Innovación educativa: experiencias de Colombia y Perú implementadas en Honduras

Escrita por: Vanessa Parada, analista de la firma.

En contextos rurales en los cuales no hay posibilidades de acceso a la educación o zonas que se enfrentan a sequías prolongadas, se ha evidenciado que algunas de las innovaciones educativas han traspasado las fronteras. Dichas metodologías son estrategias que se han llevado a cabo en Colombia y Perú y se han replicado con éxito en Honduras. Si bien atienden a una problemática similar, el contexto es diferente.

Econometría Consultores en una visita realizada en 2023, a instituciones educativas en algunos municipios de Honduras, encontró que se reconoce la influencia que han tenido Perú y Colombia en la implementación de algunas de las estrategias adaptadas a la escuela en contextos de crisis, para garantizar acceso al agua, como lo ha sido el sistema de bombeo llamado Emas (Escuela Móvil de Agua y Saneamiento) o la metodología llamada Sistema de Aprendizaje Tutorial (SAT).

El mecanismo de las bombas EMA consiste en un sistema de bombeo de agua manual que busca extraer agua de un pozo a la superficie. La innovación es usar como motor el popular juego infantil sube-baja. Mientras las niñas y niños se divierten, se eleva el agua a los tanques de almacenamiento aprovechando la energía que se produce. Se recomienda que este tipo de bombas se instalen en colegios en los que se encuentren una amplia cantidad de niños, ya que se requiere del movimiento repetitivo que genera el juego.

Si bien este sistema ha sido usado en otros países de América Latina, es en Perú donde se encuentra más documentado su uso, sobre todo en comunidades rurales en las cuales no hay acceso a energía que posibilite la extracción de aguas subterráneas, ni tampoco existen ríos o quebradas cercanas.

Este particular mecanismo de extracción de agua se presentó como una alternativa a la profunda crisis de acceso recurso hídrico que tiene Honduras, pues el país se encuentra atravesado por el Corredor Seco Centroamericano. Dicha franja geográfica está ubicada en la Costa Pacífica y atraviesa a varios países de Centro América, lo que los hace muy vulnerables a la sequía prolongada, que se ha acentuado por el cambio climático.

Su implementación en Honduras se ha usado con el fin de garantizar el acceso al agua en las escuelas, debido a que en las largas temporadas de sequía este recurso es escaso o no está disponible para algunas instituciones educativas. Lo anterior limita el acceso de las niñas y niños a las escuelas, ya que no se pueden garantizar las medidas adecuadas de salubridad para el uso de baños o lavado de manos, con el riesgo de vulnerar el derecho a la educación con calidad y en condiciones dignas. Este sistema de bombeo ha sido una solución para brindar educación con continuidad.

La otra estrategia que busca generar entornos seguros para el aprendizaje es el SAT, es una metodología diseñada por Fundaec (Fundación para la Aplicación y Enseñanza de las Ciencias) a finales de 1970 en Colombia. Esta consiste en programas de educación formal con enfoque semipresencial y apoyado en tutorías adaptadas a las condiciones sociales y culturales del sector rural. A este sistema pueden acceder tanto jóvenes como adultos, campesinos, pues cuenta con la ventaja de tener una baja intensidad horaria y un tutor que en la mayoría de los casos pertenece a la comunidad y ha sido capacitado para este rol. Así se permite que quienes accedan a este tipo de educación sigan realizando labores productivas, sociales y familiares.

El SAT está dividido en tres etapas según se trate de educación básica primaria, básica secundaria o media. Aunque cada etapa tiene una duración media de dos años, se puede adaptar al ritmo de avance de cada estudiante. El modelo original buscaba fortalecer cinco capacidades: “Servicio a la Comunidad, Lenguaje y Comunicación, Tecnología, Ciencias y Matemáticas.” Como lo explica Fundaec, La estrategia genera una fuerte participación comunitaria en la formación de habilidades y destrezas para fortalecer la educación en el sector rural. Vale la pena resaltar que el sistema no busca sustituir a las instituciones educativas, sino que pretende llegar a donde otras estrategias educativas no llegan.

Este modelo se adaptó al contexto de Honduras en el cual la tasa de deserción escolar en zonas rurales según la Secretaría de Educación de Honduras es alta (19,70%, en comparación con un 10,9% en Colombia)., Se hace aún más pertinente teniendo en cuenta que el país, además de ser atravesado por el Corredor Seco, también hace parte del corredor migratorio, el cual es paso, pero también expulsor de migrantes a hacia los Estados Unidos. Algunos de estos son menores que desertan del sistema educativo, riesgo que el SAT busca minimizar.

La implementación del SAT en Honduras comenzó en 1996 a través de la Fundación Bayán, la cual focalizó su acción en las comunidades rurales de la costa norte, en donde no había posibilidades de continuar con la educación secundaria. Ello implicaba el desplazamiento de quienes deseaban seguir sus estudios, sacándolos de su comunidad con consecuencias como el desarraigo. Las principales adaptaciones se centraron en las capacidades que se buscaban desarrollar, con énfasis en lectura, escritura, y aritmética, buscando una mayor retención escolar, así como promover la responsabilidad cívica y el empoderamiento de la mujer. Se resalta la inclusión de un componente de equidad de género en el sistema de aprendizaje.

En Honduras el SAT se ha implementado en 12 de los 17 departamentos. En los cuales se ha valorado positivamente la capacidad de respuesta a situaciones de emergencia originadas por los huracanes, que han destruido vías de acceso así como instituciones educativas, que dejan a las comunidades incomunicadas y a los estudiantes sin posibilidad de asistir a clases de manera regular. A su vez, se ha reconocido su contribución en la reducción de la deserción escolar y la migración de adolescentes.

Es así como, las iniciativas desarrolladas e implementadas con éxito en Perú y Colombia para generar continuidad en la educación en contextos de crisis han sido relevantes para el sistema educativo en Honduras. Si bien no existen los factores agravantes pueden ser diferentes, las soluciones que se plantean pueden contribuir a proveer una educación de calidad en condiciones dignas. Es un claro ejemplo de lo que puede alcanzar la cooperación Sur – Sur a través de experiencias exitosas que puedan replicarse y adaptarse en países con desafíos similares.

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La descentralización en Colombia: una materia pendiente

La descentralización en Colombia: una materia pendiente

Escrita por: Mario Velasco, consultor asociado; Daniel López, Vanessa Parada y Laura Lara, analistas de la firma.

La descentralización en Colombia puede entenderse como un proceso que tiene al menos tres dimensiones: la política, la administrativa y la fiscal. La primera alude principalmente a la elección de mandatarios locales (alcaldes y gobernadores); la segunda, se relaciona con las facultades y competencias de las entidades territoriales frente a las políticas sectoriales; y la tercera, atañe a la transferencia de recursos del nivel central a las entidades territoriales (municipios y departamentos).

Desde los años 80 del siglo pasado, se ha buscado generar un marco normativo alrededor de tales dimensiones de la descentralización, empezando por la Ley 14 de 1983 que buscaba el fortalecimiento de la capacidad impositiva local, al incrementar las transferencias del Gobierno Nacional hacia las entidades territoriales; pasando por el Decreto Ley 77 de 1987 conocido como el Estatuto de Descentralización; y desde luego, por la Constitución Política de 1991. Posteriormente, han sido establecidas otras normas importantes en esta materia y, recientemente, se ha enfatizado en los planes nacionales de desarrollo 2018-2022 y 2022-2026 en la necesidad de ahondar en la descentralización como mecanismo de equidad territorial.

Lo anterior muestra un amplio acervo normativo que, sin embargo, no siempre resulta preciso ni suficiente para asegurar el desarrollo de la descentralización desde sus tres dimensiones. En este contexto, se creó en 2021 la Misión de Descentralización (Decreto 1665 – 2021) como una “Iniciativa participativa, independiente y transparente que recoge ideas y recomendaciones de diversos actores a lo largo y ancho del país para evaluar el modelo actual de descentralización y presentar propuestas constitucionales y legislativas para definir y ordenar la distribución de competencias y fuentes de financiación entre la Nación y las entidades territoriales” (DNP, 2024).

En función de lo anterior las propuestas se han concentrado en cinco temas específicos: 1) competencias entre niveles de gobierno; 2) fuentes y usos de los recursos para el desarrollo; 3) arquitectura institucional y modernización de la administración pública; 4) Estado abierto y participación ciudadana territorial; y, 5) descentralización y territorios indígenas.

La Misión se articuló con lo fijado en el PND 2018-2022 “Pacto por Colombia, Pacto por la Equidad” mediante el pacto XVI “Pacto por la descentralización: conectar territorios, gobiernos y poblaciones”; allí se destaca la necesidad de efectuar inversiones para: i) el desarrollo, el ordenamiento y fortalecimiento de la asociatividad territorial; ii) la búsqueda del fortalecimiento institucional y modernización de los gobiernos territoriales; y iii) la generación de instrumentos para la toma de decisiones que promuevan el desarrollo regional.

Por su parte, en el PND 2022-2026 “Colombia, potencia mundial de la vida” la descentralización se considera desde el ordenamiento del territorio alrededor del agua y la justicia ambiental; en este se busca coordinar los instrumentos de ordenamiento y planificación territorial, así como mejorar las capacidades de los gobiernos locales y las comunidades para tomar decisiones en esta materia.
En este escenario, como resultado del trabajo de la Misión, se cuenta con propuestas sobre los temas específicos mencionados, asunto que demarca varios desafíos relacionados con su materialización.

El primero tiene que ver con la capacidad de incidencia de la Misión sobre el Congreso de la República en lo que compete a las reformas legislativas propuestas tales como: nuevas tipologías de las entidades territoriales; cambios en el ordenamiento territorial, así como en el Sistema General de Participaciones y de Regalías; entre otros. Bajo esa perspectiva es primordial contar con la voluntad política del Gobierno Nacional, de modo que los ajustes requeridos puedan transitar efectivamente por el legislativo.

Aunado a lo anterior, y como un segundo desafío, es importante transmitir a la entidades territoriales y actores locales los resultados de la Misión, de modo que puedan ser comprendidos, pero sobre todo apropiados en el territorio incluyendo asambleas departamentales y concejos municipales, pues parte de la reglamentación de ciertos cambios pasarían por estas corporaciones (ej. funciones, servicios y competencias de una nueva tipología territorial). Este asunto en sí mismo impulsaría el debate tanto en el legislativo como en otros espacios académicos y sociales necesarios para avanzar en una descentralización acorde con las necesidades actuales.

Este punto es clave pues se conoce que la Misión viene realizando un trabajo decidido hacia y desde los territorios, por lo tanto, plantear cómo serán empleados los resultados es una manera de advertir la importancia de la participación de los actores e instancias involucradas del territorio, buscando así respaldo para lograr incidencia y cambios efectivos.

En cierta manera, lo anterior lleva a un tercer reto consistente en definir una agenda gubernamental y social de la descentralización, en procura de que sea un asunto relevante no solo para la institucionalidad sino para gremios, organizaciones comunitarias y centros científicos de las ciencias sociales, entre otros. Se trata de develar la relevancia y potencialidad de la descentralización para el desarrollo del país tanto en el momento actual como en el corto y mediano plazo.

Tales desafíos sumados a la necesidad reiterada de atacar la desigualdad en el país, nos lleva a plantear que la descentralización en Colombia sigue siendo una materia pendiente de ser integrada plenamente en nuestro arreglo político institucional, siendo pertinente examinar a fondo las recomendaciones planteadas por la Misión, de modo que se transite a lograr territorios más equitativos y justos socialmente.

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La inteligencia artificial y el factor humano

La inteligencia artificial y el factor humano

Escrita por: Luz Angela Artunduaga - Consultora externa de Econometría.

La expansión exponencial del uso de la Inteligencia Artificial (IA) en cada vez más tipos de aplicaciones resulta innegable. Su usabilidad y adaptabilidad a distintas necesidades la convierten en una herramienta cada vez más útil y accesible, generando mayor interés e inquietud sobre sus alcances y requerimientos. Desde Econometría Consultores pasamos a relatar una experiencia concreta que contribuya a promover los posibles usos de la IA en el campo de la investigación social y evaluación de proyectos, en especial en lo relativo al rol del “factor humano”.

En una consultoría se requería revisar siete mil sesenta y nueve (7.069) carpetas compuestas por 3´954.820 páginas en un lapso de treinta días. Se trataba de una documentación generada por instituciones del nivel municipal y departamental que permitiría “valorar de forma objetiva el avance del territorio en el compromiso por los niños, niñas y adolescentes”. Suponiendo que podría haberse recurrido a un gran número de personas para cumplir con la revisión documental en el volumen y tiempo previsto, la estandarización de criterios en la revisión de los mismos hubiese resultado difícil de lograr y de validar. Por esta razón la decisión fue utilizar la IA como una herramienta de análisis de pruebas basadas en documentos de texto.

Para presentar la experiencia es importante señalar las dos grandes características de la IA: en primer lugar está diseñada para entender el lenguaje usual o, para decirlo coloquialmente, habla en nuestro mismo idioma, por lo tanto las consultas o instrucciones se realizan mediante el lenguaje con los llamados “prompts”; por otro lado, cuenta con una arquitectura de procesamiento lógico estructurado elabora sus “algoritmos” , a partir de una secuencia  de instrucciones, –las cuales deben ser lógicas, sistemáticas y previamente definidas–,realizan una determinada tarea como: solicitudes de búsqueda e identificación, ordenamiento o análisis de la información suministrada.

La revisión documental, para evaluar las acciones realizadas en el marco del Compromiso por la Niñez, suponía identificar si esas acciones previamente definidas se encontraban efectivamente ejecutadas. El análisis se debía realizar a través delas distintas áreas temáticas que el Compromiso por la Niñez abarca, como: educación, nutrición y salud, prevención de violencias, participación de la niñez, estructura y gobierno territorial. Este trabajo que la IA debía procesar, requería del diseño de los prompts y algoritmos mencionados para lo cual se recurrió al} realizar un panel de expertos para la revisión de los criterios de valoración en las distintas áreas mencionadas. Su experticia permitiría no solo una mayor precisión en la redacción de los prompts, si no, también, redundaría en contemplar  criterios más precisos para el diseño de los algoritmos.

Si es cierto que la IA puede hacer todo “ella” sola, ¿para qué el panel de expertos?

Un ejemplo de una de las instrucciones propuestas por la IA en la elaboración de prompts fue: “los listados de asistencia deben incluir información detallada sobre la participación de niños, niñas y adolescentes en la consulta”. Los expertos la ajustaron así: “los listados de asistencia deben incluir información del territorio, especificar o nombrar la actividad a realizarse y contener datos de identificación de quienes participan en la consulta desagregada por variables de sexo, edad, pertenencia étnica y ruralidad”.

Pero, ¿la Inteligencia Artificial no es capaz acaso de poseer un conocimiento del tema, así como  de la forma o estrategia más adecuada para hacerlo? Pues en principio la respuesta es sí, y tan así es que cada vez se amplían y generan nuevos espacios de consultas especializadas en distintos temas de interés. En ese avance, la participación de los expertos no solo ocupa los espacios que la IA aún no cubre, sino que, es fundamental para la comprensión del requerimiento específico. Este punto se quiere destacar a continuación.

En el ejemplo de prompt presentado, la diferencia exacta entre las dos versiones es que mientras la primera menciona que la información requerida debe ser “detallada”, la de los expertos especifica los detalles requeridos como sexo, edad, pertenencia étnica y ruralidad. Lo anterior es relevante por cuanto el propósito del proyecto es el de “valorar de forma objetiva el avance del territorio en el compromiso por los niños, niñas y adolescentes” y, al detallar se delimita el rango de los datos a solo los que concurran en la relevancia para ello. Sin el ajuste realizado al prompt, la primera versión hubiese arrojado todo tipo de datos relacionados como fechas, nombres de participantes u otros irrelevantes para la valoración requerida, desenfocando el proceso de análisis documental.

Como se mencionó, la elaboración de un prompt requiere ser lo más específica posible, expresando la solicitud en un lenguaje sencillo y concreto. Ahí es en donde nos enfrentamos a que el lenguaje puede ser ambiguo, o a que demos por sobreentendidas las palabras, evocando significados que pueden ser mejor comprendidos por quienes participamos de un mismo contexto. Las ambigüedades, los sobrentendidos, o la evocación significados, son aspectos íntimamente ligados al pensamiento humano. La experiencia de los expertos permite explicarlas y concretarlas en conceptos específicos para el uso de la IA.

La frase “La pregunta es más importante que la respuesta”, atribuida a Albert Einstein, es el mejor ejemplo que más allá del diseño propiamente informático de la inteligencia artificial. El “factor humano” entendido como “quien hace la pregunta” es fundamental, pues detrás de cada pregunta hay una necesidad (un para qué) y una voluntad (un qué) que la dirige. Ese principio, que guía y define los parámetros de cualquier investigación (el cómo), es definitivamente humano.

Econometría, desde la capacidad de aplicación de métodos de investigación y evaluación de su talento humano, en conjunto con la experticia temática de sus colaboradores, incorpora a la Inteligencia Artificial como herramienta al servicio de las intervenciones sociales y los procesos de desarrollo.

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