Hacia dónde deben encaminarse las políticas para mejorar la…

Hacia dónde deben encaminarse las políticas para mejorar la nutrición

Autor: Econometría Consultores

Es bien sabido que la nutrición es algo fundamental para la vida de las personas. La Declaración Universal de los Derechos Humanos establece que toda persona tiene derecho a un nivel de vida adecuado que le asegure, así como a su familia, la salud y el bienestar, y en especial la alimentación. Para cumplir con la garantía de estos derechos, se han desarrollado políticas y programas a nivel mundial, regional y de país, en los que se busca mejorar la nutrición de la población.

De hecho, uno de los Objetivos de Desarrollo Sostenible – ODS adoptados por líderes mundiales en 2015 es el ‘Hambre Zero’, que tiene como objetivos para el año 2030 no solo poner fin al hambre y a todas las formas de desnutrición, sino también promover la productividad agrícola y la sostenibilidad de sus sistemas de producción. Estos objetivos establecidos como metas para ser cumplidas en los próximos 10 años evidencian que mejorar la nutrición no solo se refiere a proveer suficientes alimentos a la población, sino también mejorar su acceso, calidad y la eficiencia y sostenibilidad de su producción.

Si comenzamos con la condición básica de nutrición, podemos hablar de la seguridad alimentaria de los hogares, que, de acuerdo con la definición del ICBF, es entendida como el acceso seguro y permanente de los hogares a alimentos suficientes en cantidad y calidad, para una vida sana y activa.

En Colombia, según información de la Encuesta Nacional de Situación Nutricional de Colombia (ENSIN), 5 de cada 10 hogares (54,2% en el 2015) se encuentra en inseguridad alimentaria, siendo mayor en las zonas rurales, grupos étnicos y hogares donde la mujer es cabeza de hogar. El país se sitúa en el número 44 entre 113 países en el ranking de seguridad alimentaria estimado por The Economist Intelligence Unit, índice que comprende cuatro categorías: asequibilidad, disponibilidad, calidad de los alimentos y, recursos naturales y sostenibilidad de la producción.

Evaluaciones realizadas por Econometría Consultores muestran que la inseguridad alimentaria va acompañada de dietas no diversas y de baja calidad en los hogares, y una muy limitada actividad física como hábito no saludable. De igual forma, la sostenibilidad de la producción agrícola se ve afectada por factores de infraestructura rural y falta de cubrimiento a los riesgos que generan las variaciones climáticas.

Dada esta perspectiva y la complejidad de la problemática, surge la pregunta de ¿Hacia dónde deben encaminarse las políticas para mejorar la nutrición? Aunque son muchos los esfuerzos realizados por los gobiernos y entidades de cooperación, todavía no hay una respuesta única a esta pregunta, en parte porque los programas promovidos generalmente se enfocan hacia combatir una parte específica de la problemática general.

Por ejemplo, en países del Asia en los que ha trabajado Econometría como Nepal, las Naciones Unidas han enfocado sus programas a reducir la desnutrición y mejorar los indicadores de peso y talla para la edad de los niños y mujeres, mientras que en países del África y Centro América como Guinea Bissau y Honduras se realizan programas de alimentación escolar.

Econometría ha participado en las evaluaciones de algunos de estos programas encontrando que aquellos que se enfocan en proveer alimentos y suplementos alimenticios tienen un mayor impacto sobre la desnutrición y el desarrollo de la primera infancia, comparados con los que enfatizan en actividades de sensibilización respecto a las dietas adecuadas y prácticas de limpieza y preparación de los alimentos.

Si bien estos resultados parecerían evidentes, generan una gran preocupación para los implementadores de los programas, dado que uno de sus objetivos es crear capacidad en las comunidades para mejorar sus prácticas alimenticias y que estas no dependan exclusivamente de la provisión física de alimentos.

En la misma línea, evaluaciones realizadas por la firma de programas enfocados hacia la asistencia humanitaria a la población desplazada, encontraron que la provisión de alimentos sin el acompañamiento de programas de sensibilización y de actividad física, puede resultar en el incremento del número de niños y adolescentes con sobrepeso u obesidad.

Esto es particularmente importante en la población cuyo desplazamiento tiene un efecto sobre sus prácticas alimenticias, como es el caso de la población indígena, afrocolombiana y los hogares que se movilizaron de la zona rural a la urbana.

En el caso de los programas de alimentación escolar, se encuentran resultados positivos en la asistencia al centro educativo y la disminución de la retención. No obstante, cuando los programas buscan incidir en la alimentación fuera de la jornada escolar, no en todos los casos se obtienen impactos en la toma de raciones alimenticias antes y después de asistir al centro educativo.

También se encuentra que la institucionalidad, no solo de los gobiernos, sino también a nivel comunitario, es clave para el adecuado desarrollo de los programas. Dado que la intervención de las entidades busca ser por un periodo limitado y crear capacidades en los territorios, la corresponsabilidad de los gobiernos regionales y el empoderamiento de la comunidad es esencial para lograr la continuidad de los programas y potencializar su alcance.

En conclusión, mejorar la nutrición incluye garantizar el acceso y la variedad de los alimentos, prácticas de vida saludable y la producción sostenible en el agro. Esto requiere de programas y políticas integrales y complementarias que contribuyan a avanzar en cada uno de los temas que deben ser considerados cuando se habla de nutrición, generando también capacidades en las comunidades y corresponsabilidades en los gobiernos para garantizar la continuidad y la optimización de los resultados en el largo plazo.

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Reflexiones sobre los debates laborales y pensional

Reflexiones sobre los debates laborales y pensional

Autor: Econometría Consultores

El 2020 empezó con dos debates que afectan el futuro de la mayoría de colombianos: el laboral y el pensional. Aunque todavía no son muy claros los objetivos de estas reformas, y no se conoce el articulado que piensa proponer el Gobierno, este ya ha dado las primeras señales. Sobre el mercado laboral, el mensaje más claro, y más polémico, ha sido la contratación por horas. Sobre el sistema pensional, aunque se ha discutido durante más tiempo, el Gobierno no ha presentado una estructura coherente de la reforma, y las señales más claras son no aumentar la edad de pensión, defender a Colpensiones y eliminar los subsidios a las pensiones altas. Estas señales compartimentadas, a lo que se suma la interpretación en las redes sociales, han generado confusión, lo que explica en gran parte un rechazo. Sin embargo, es necesario entender el contexto en el que se discuten y sus objetivos.

Es claro que son necesarias. Por un lado, el mercado laboral sufre de una alta informalidad y un alto desempleo. Este último regresó a los dos dígitos después de ocho años. Por otro, el sistema pensional sufre de baja cobertura; menos de un tercio de los adultos mayores disfrutan de pensión. Y este rápido diagnóstico implica que la reforma laboral debería enfocarse en atacar informalidad y desempleo, y la pensional en subir cobertura.

Sobre la primera, es necesario recordar que el mercado laboral está cambiando de manera acelerada, y que nuevas formas de trabajo y contratación están naciendo. La idea que todos los colombianos trabajemos de 8 a 6 en una empresa en la cual el empleador cotice una parte a pensiones y a salud, es cada vez más remota. Ejemplos, algunos recientes, otros más estructurales, lo demuestran. La reciente polémica de Uber y los taxistas tiene por detrás un contexto importante. Ni los conductores de Uber, ni los de taxi, tienen una relación laboral con la empresa. Adicionalmente, ni los ingresos ni las horas trabajadas son fijos, dependen del tiempo que trabajen y de las carreras que efectúen. Frente a esta realidad, la legislación colombiana, que obliga a cotizar para pensión 16% de un ingreso mensual, es difícil de aplicar. Otro ejemplo importante, más estructural, se relaciona con el mercado laboral rural. En el campo la mayoría de los trabajos depende de variables como la estacionalidad de las cosechas, y se trabaja a destajo, o por días o inclusive horas. Una legislación que obligue a los trabajadores del campo a cotizar 16% del ingreso mensual ha hecho que la informalidad laboral en el campo esté cercana a 90%, o, lo que es lo mismo, que muy pocos trabajadores del campo tengan una pensión.

Estos ejemplos demuestran que, frente a la realidad laboral de muchos colombianos, la legislación laboral es muy rígida. Con una buena intención, que es que todos los colombianos tengan un trabajo estable, con un ingreso mensual fijo y asegurado, se llega al peor de los mundos. De los 22 millones de trabajadores, cerca de 16 millones están en la informalidad, desprotegidos de la seguridad social, y la legislación, rígida, no les permite buscar protección. Por esto es necesario adaptar la legislación.

Muchas voces afirman que la reforma busca proteger a los empleadores. Y ese no puede ser el objetivo. No debe permitirse que cambien el contrato laboral de tiempo completo a término indefinido por un contrato por horas. Pero si es necesario que los trabajadores que no tengan ese tipo de contrato, sean cobijados por la seguridad social con una nueva legislación. Visto de otra manera, la reforma no debe desproteger a los protegidos, pero si debe buscar proteger a los desprotegidos, teniendo en cuenta su realidad laboral. No olvidando el objetivo principal, que debe ser el trabajo formal, estable, decente. Pero aceptando que cambiar la realidad es complejo, y por eso no pueden estar desprotegidos. Este sería un primer paso para aumentar la cobertura del sistema pensional, buscando que todos los trabajadores colombianos tengan la posibilidad de cotizar para su pensión.

Sobre la reforma pensional, el debate debería centrarse en el mismo objetivo, aumentar la cobertura. Sin embargo, se ha desviado hacia otros temas, como marchitar el régimen de prima media que administra Colpensiones, y, en el otro bando, eliminar los fondos privados. Además de que este debate desvía la atención de lo importante -la baja cobertura- cualquiera de los dos extremos es peligroso. Si solo existe Colpensiones, el alto pago de pensiones, una gran parte con altos subsidios, hace financieramente insostenible el sistema. Y si solo existen los fondos privados, las bajas pensiones dejan insatisfecha a la población. Por eso, los dos regímenes son necesarios, no compitiendo entre ellos, sino complementándose.

Adicionalmente, el régimen público, como en general debería ser la política pública, debería concentrarse en la población más vulnerable, complementando el esfuerzo de ahorro que hacen las personas que no cuentan con un contrato laboral de tiempo completo, pero que con la nueva legislación laboral contarían con mecanismos de ahorro, pagados en parte por sus empleadores. Y no concentrarse en pagar subsidios altos a las altas pensiones.

Aunque ya se han dado pasos para aumentar la cobertura, creando un sistema de protección para la vejez, del cual ya hacen parte los Beps, es necesario diseñar y discutir más iniciativas. Por ejemplo, la compra de semanas, mecanismo que consistiría en que si la persona llega a la edad de pensión, pero no cumple con el número de semanas para obtener su pensión, pueda pagarlas de una sola vez, o pueda pagarlas mensualmente, pero incluyendo un subsidio por parte del Estado para que se pensione (cotizando cada mes tres semanas y que el Estado cotice una), o que le sea otorgada la pensión y se le descuente mensualmente una o dos semanas que no cotizó, puede ser un mecanismo que permita aumentar la cobertura.

En suma, las dos reformas son necesarias, buscando proteger a los más desprotegidos por la seguridad social. Es importante que el Gobierno muestre sus propuestas rápida y claramente. De esta manera, se evitaría la incertidumbre, que genera en parte el rechazo, y se podrían tener discusiones más constructivas.

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La volatilidad de los mercados continúa por el coronavirus

Si bien la incertidumbre generada por el Brexit y el impeachment de Donald Trump ha cesado, la volatilidad de los mercados continúa gracias al coronavirus, devaluando la moneda colombiana. De esta forma, si esta tendencia continúa, nuestro escenario central de una tasa de cambio promedio alrededor de los 3300 COP/USD durante 2020 podría ser modificado. Por otra parte, hay motivos de alivio en la economía colombiana pues la inflación se desaceleró y se ubicó en 3,6% (interanual) y el crecimiento de 2019 fue de 3,3%.

The volatility of the markets continues due to the coronavirus

As predicted in previous months, inflation has continued to rise. As of March, monthly inflation was 1%, and annual inflation reached 8.5%. In response, Banco de la República raised its benchmark interest rate by 100 basis points at its March meeting. On the positive side, the labor market is recovering.
Katherinne Alvarado
Fieldwork Manager
Katherinne Alvarado Acevedo is an Industrial Engineer, with experience in management and coordination of quantitative data collection, she is linked to Econometría since 2019 and has participated in more than 12 consultancies with the firm. Her areas of interest are mainly: Social inclusion, logistics, health, public policy, territorial, urban and rural development, among others.
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Katherinne Alvarado
Líder Trabajo de Campo
Katherinne Alvarado Acevedo es Ingeniera Industrial, con experiencia en gestión y coordinación de recolección de datos cuantitativos, se encuentra vinculada a Econometría desde el 2019 y ha participado en más de 12 consultorías con la firma. Sus áreas de interés son principalmente: Inclusión social, logística, salud, políticas públicas, desarrollo territorial, urbano y rural, entre otros.
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Katherinne Alvarado Acevedo es Ingeniera Industrial, con experiencia en gestión y coordinación de recolección de datos cuantitativos, se encuentra vinculada a Econometría desde el 2019 y ha participado en más de 12 consultorías con la firma. Sus áreas de interés son principalmente: Inclusión social, logística, salud, políticas públicas, desarrollo territorial, urbano y rural, entre otros.
Tomas Hamann
Junior Consultant
Tomas Hamann Sanclemente is an economist from the Universidad de Los Andes with a minor in Business Law and has been part of Econometría since 2023. His areas of interest include macroeconomic analysis, impact evaluation, market analysis, and business planning.
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