Sisbén IV: una mejora en la focalización de la población

Sisbén IV: una mejora en la focalización de la población vulnerable

Escrita por: Jhon Jairo Romero

Una importante preocupación de expertos y de la población en general ha sido que los recursos que se destinan para programas sociales lleguen efectivamente a la población más vulnerable del país. Con este objetivo, en 1995 se diseñó y se empezó a aplicar el instrumento de focalización de programas sociales llamado Sistema de Selección de Beneficiarios Para Programas Sociales mejor conocido como Sisbén. Entre sus finalidades está permitirle al Estado contar con información de las familias más vulnerables del país, generando un puntaje o calificación de las necesidades de los hogares a partir de sus condiciones socioeconómicas.

En el imaginario de muchas personas el Sisbén es un programa social que brinda recursos en dinero, y para otras un servicio de salud para las personas más vulnerables económicamente. Pero nada más alejado de la realidad, pues la finalidad del Sisbén es lograr la identificación de la población más vulnerable. El hogar al que se le aplica la ficha socioeconómica del Sisbén no le garantiza el acceso a ningún programa social. Para acceder a los beneficios y subsidios de alguno de los programas, aparte de estar en el Sisbén, el hogar deberá conocer y cumplir todos los requisitos que establece la entidad responsable del programa.

En los 26 años que han pasado desde que se inició el Sisbén el país ha contado con cuatro versiones del Sistema; en su evolución se ha conseguido mejorar la clasificación de las familias, controlando errores de inclusión o exclusión y blindando el Sistema para evitar una posible manipulación de sus condiciones para cambiar su clasificación.

La cuarta versión del Sisbén tuvo varios cambios importantes frente a las anteriores versiones, y además, los adelantos tecnológicos con los que se cuenta ahora permiten una captura y consolidación de la información más eficiente frente a las anteriores versiones. El cambio más importante en esta nueva versión es el enfoque de inclusión productiva e inclusión social midiendo la ocupación y el ingreso de los hogares, lo que ha permitido mejorar la identificación de las familias vulnerables. Para que un hogar pueda obtener la clasificación en el Sisbén IV se debe reportar información de las condiciones de la vivienda y servicios públicos, educación, salud, ocupación e ingresos y antecedentes sociodemográficos. El Sisbén IV da un paso más en la forma de medir pobreza, usando la ocupación y el ingreso de las personas.

Otro cambio importante es la forma de clasificación de las familias; se migró del puntaje de un índice cuantitativo que tenía un rango de 0 (más pobre) a 100 (más rico) a una clasificación por categorías que se estructura en cuatro grupos que se identifican con letras, las cuales definen el nivel de pobreza de los hogares, clasificando la población en pobreza extrema (grupo A), hogares pobres (grupo B), población vulnerable o en riesgo (grupo C) y población no pobre o no vulnerable (grupo D).

Al interior de estos grupos se subdividen los hogares en subgrupos con los que se puede tener una mejor clasificación de las personas hasta en 51 grupos en total, según la capacidad de generación de ingresos. Se debe tener presente que las familias que venían siendo clasificadas con el puntaje en el Sisbén III deberá ser clasificadas a partir los lineamientos del Sisbén IV. No existe una tabla de homologación que permita determinar la clasificación del Sisbén IV conociendo la clasificación del Sisbén III. El reto actual está a cargo de los responsables de cada programa; se deberán definir los nuevos límites en los que deberá estar la población beneficiaria, haciendo que la transición sea lo menos compleja para las partes.

Otra modificación importante es la forma en la que se recogerá la información de los hogares y sus integrantes. La captura por DMC (Dispositivos Móviles de Captura) hará que la información se recolecte con mayores controles y esta pueda ser transmitida a la base central de una manera más eficiente y con mejor calidad, haciendo que una modificación de alguna característica o condición del hogar tarde menos tiempo en ser aplicada en el Sistema.

Con esta nueva versión, el Sisbén IV le permitirá a las entidades de Gobierno responsables de asignar los beneficios de los Programas Sociales contar con información más ágil y actualizada de las familias que aplicaron la encuesta, teniendo una mayor seguridad que el beneficio asignado llegará a la población definida en el marco de cada programa. Además, el Sisbén IV cuenta con información de contacto la cual incluye el número de teléfono/celular de los hogares, lo que facilitará el contacto oportuno con los potenciales beneficiarios. Las personas que quieran actualizar su información o que quieran aplicar la encuesta del Sisbén deberán hacer la solicitud en la oficina del Sisbén del municipio de residencia, donde podrán agendar la visita para que les sea aplicada la encuesta en su vivienda. La inclusión en el Sisbén no representará ningún costo para los hogares y tampoco garantiza la entrada a algún programa social.

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Crecimiento económico y el Conpes

Crecimiento económico y el Conpes de reactivación

Escrita por: Julián Roa

La crisis económica derivada de las medidas de confinamiento por la pandemia del covid-19 ha sido profunda. En el caso de Colombia la crisis llevó a una caída del PIB en 6,8%, una inflación de 1,6%, que es el menor registro desde 1955, y una tasa de desempleo del 15,9%, con un promedio de las tasas de desempleo mensuales de 16,1%. Dichos resultados fueron similares a los pronosticados por Econometría Consultores publicados en este diario en las fechas de 7 de agosto y 30 de octubre del año pasado, en donde se esperaba una caída del PIB del 7%, una inflación del 1,8% y una tasa de desempleo del 16,5%. En dichas columnas se mencionaba la necesidad de lograr una senda de crecimiento alta en los próximos años para poder recuperar rápidamente las pérdidas generadas por esta crisis.

De momento, las expectativas de los analistas no son las mejores. Según la última encuesta de opinión financiera de Fedesarrollo, los pronósticos de crecimiento para 2021 fluctúan entre 3,9% y 4,8% con un valor mediano de 4,5%. Por su parte, el FMI y el Banco Mundial ajustaron sus perspectivas de crecimiento en 4,6% y 4,9%, respectivamente. Bajo estos escenarios, se recuperaría el nivel de PIB en 2019 en 2022. El 22 de enero, en este diario, Econometría Consultores pronosticó un crecimiento de 4,5% para 2021. La persistencia de los choques negativos en la tasa de desempleo hace necesario que se den acciones para mejorar el crecimiento económico en el corto plazo, pues de lo contrario los efectos lesivos de la crisis se mantendrán por mucho tiempo.

Es por ello por lo que existían tantas expectativas sobre el Conpes 4023, en el cual se fija la política pública para la reactivación, repotenciación y el crecimiento sostenible e incluyente. En nuestra opinión, el Conpes 4023 tiene múltiples aciertos, pero también genera dudas y se notan algunas ausencias.

Dentro de los aciertos se encuentra la inversión en la infraestructura vial del país, lo cual es importante en la medida en que generaría cerca de dos millones de empleos, aunque la mayoría de estos serían temporales. Además de este efecto en el empleo, este tipo de proyectos permite una mayor competitividad de las exportaciones no tradicionales colombianas pues bajaría el costo de transporte. Dicho compromiso también busca cerrar la brecha digital entre las zonas rurales y el campo, lo que seguramente incidirá de manera positiva en el crecimiento de largo plazo del país y en la calidad de vida de los colombianos.

Otro de los aciertos se encuentra en la expansión del programa Ingreso Solidario hasta junio de 2021, que se traduce en tres giros adicionales para las familias más afectadas por la pandemia. Lo anterior resulta importante puesto que, aún si se cumple el programa de vacunación, el primer semestre de 2021 no será muy dinámico, y los hogares más vulnerables seguirán necesitando apoyo de parte del gobierno. Es recomendable condicionar el fin de este programa a que se logré la inmunidad de rebaño en el país, más aún cuando los riesgos de un retraso en el programa de vacunación son altos. Ahora bien, este programa puede constituir un avance importante en materia de políticas públicas y puede adaptarse después de la pandemia, más en la lógica de un seguro de desempleo que de una transferencia no condicionada.

Una de las dudas que genera la lectura del documento Conpes es la celeridad del programa. ¿Cómo es la temporalidad de la ejecución $135 billones de dicho programa de reactivación? ¿En qué temporalidad se generarían los cerca de 2 millones y medio de empleos nuevos contemplados en dicho documento? Aunque se plantea que es un plan a seis años, en materia de mercado laboral es muy distinto generar 1,5 millones de empleos entre 2021 y 2022 y el millón restante entre 2023 y 2026 a generar cerca de 500.000 empleos cada año entre 2021 y 2026. Esta temporalidad no es clara. Es necesario que sean explícitas en el tiempo las metas de recuperación del mercado laboral. Si bien la inversión prometida puede generar empleos, es necesario que las metas con relación a estos últimos sean más explícitas.

En la misma línea, en el documento Conpes están ausentes políticas activas de empleo. La tasa de desempleo de las mujeres en 2020 se ubicó en 20,6% y a pesar de ello no se evidencia la existencia de estrategias que mitiguen la brecha de género. Se plantea que la inversión en infraestructura generará 2 millones de empleos, y ello está bien, pero serán fundamentalmente masculinos. Así las mujeres, que fueron las más afectadas por la crisis, no estarían beneficiadas de manera directa por esta política de reactivación. Son necesarios planes específicos dirigidos a este grupo social.

Lo mismo sucede con los jóvenes, pues gran parte de las estrategias destinadas a este segmento de la población se enfocan más en la formación de su capital humano, aspecto importante, pero que no garantizan la generación de empleo en este rango de edad. Sería prudente la generación de programas de disminución en los impuestos que hoy castigan la generación de empleo. También debe pensarse en la exención en parafiscales para fomentar el empleo de grupos altamente afectados por la crisis. El crecimiento económico debe ser inclusivo.

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Katherinne Alvarado
Fieldwork Manager
Katherinne Alvarado Acevedo is an Industrial Engineer, with experience in management and coordination of quantitative data collection, she is linked to Econometría since 2019 and has participated in more than 12 consultancies with the firm. Her areas of interest are mainly: Social inclusion, logistics, health, public policy, territorial, urban and rural development, among others.
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Katherinne Alvarado
Líder Trabajo de Campo
Katherinne Alvarado Acevedo es Ingeniera Industrial, con experiencia en gestión y coordinación de recolección de datos cuantitativos, se encuentra vinculada a Econometría desde el 2019 y ha participado en más de 12 consultorías con la firma. Sus áreas de interés son principalmente: Inclusión social, logística, salud, políticas públicas, desarrollo territorial, urbano y rural, entre otros.
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Tomas Hamann
Junior Consultant
Tomas Hamann Sanclemente is an economist from the Universidad de Los Andes with a minor in Business Law and has been part of Econometría since 2023. His areas of interest include macroeconomic analysis, impact evaluation, market analysis, and business planning.
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