La Cooperación Sur Sur, avances y desafíos
- enero 27, 2023
- Colombia
- Artículos de prensa
Escrita por: Carolina Murgueitio
Según las Naciones Unidas, la Cooperación Sur-Sur se refiere a “la cooperación técnica entre los países en desarrollo, los cuales están ubicados mayoritariamente en el Sur del planeta. Es una herramienta utilizada por los Estados, las organizaciones internacionales, la academia, la sociedad civil y el sector privado para colaborar y compartir conocimientos, habilidades e iniciativas exitosas en áreas específicas como la agricultura, los derechos humanos, la urbanización, la sanidad, el cambio climático etc.”
En noviembre pasado, la Oficina de la ONU para la Cooperación Sur-Sur, publicó un documento reuniendo más de 100 experiencias que han contribuido al desarrollo de países de todo el mundo y Colombia se destacó por los conocimientos compartidos por Colombia a los países mesoamericanos de estrategias para reducir el hambre.
Como mejores prácticas se destacaron, por ejemplo, el apoyo de Cuba en la lucha contra el ébola en África occidental; la experiencia de México en la diversificación de productos de maíz para mejorar la salud y la nutrición en Kenya; y las lecciones de Chile a los países del Caribe sobre el etiquetado de productos como medida para acabar con la obesidad.
El Ministerio de Relaciones Exteriores de Colombia coordina todas las acciones a través de la Dirección de Cooperación Internacional, GIT de Cooperación Sur-Sur y Triangular y se han hecho importantes aportes en gestión del riesgo, seguridad, salud, formación técnica profesional y vocacional, Desarme, Desmovilización y Reintegración (DDR), entre otros.
El portafolio ha apuntado a los Objetivos de Desarrollo Sostenible y se destacan aportes en atención a primera infancia, Sena Emprende Rural, Sistema de Monitoreo de Bosques y Carbono (SMByC), Alimentos, por solo nombrar algunas de las 25 experiencias.
La Cepal ha reconocido que entre los principales logros de la cooperación Sur-Sur colombiana en los últimos años se encuentran el diseño de una nueva estrategia de cooperación con el sector privado, el acercamiento de la cooperación internacional a las regiones y el apoyo recibido por parte de la comunidad internacional.
A pesar de los logros hay grandes oportunidades de mejora. La política, el discurso y la práctica de la llamada Cooperación Sur-Sur no han incluido en su núcleo principal la paz, el desarrollo y la seguridad. En estos campos Colombia tiene mucho potencial y su política de promoción de esta experiencia puede ser mucho más agresiva. De hecho, otra crítica es que ha sido una acción enfocada en la demanda más que en la oferta y esta última implica una determinación política y diplomática mucho más enfocada al relacionamiento y a mostrar las experiencias de Colombia.
Esta promoción debe ser basada en evidencia producida por evaluaciones de impacto rigurosas, por demostración de mejores prácticas en su operación y en su implementación y en lecciones aprendidas que puedan ser adaptables a otros contextos. La experiencia de evaluación de políticas públicas de Colombia, los logros del Departamento Nacional de Planeación, de la misma Sinergia y de la capacidad del país en evaluación de políticas públicas, son una mina de amplia riqueza para la cooperación Sur – Sur que no ha sido explotada ni promovida por el gobierno nacional.
Además de los temas de paz, Colombia tiene una amplia oportunidad en temas de cambio climático y hasta ahora ha aportado dentro del portafolio el gran avance en el Sistema de Monitoreo de Bosques y Carbono (SMByC) que es una herramienta científica oficial para el monitoreo continuo y frecuente de la superficie de bosque y de la deforestación en Colombia. La generación de datos del SMByC se basa en el procesamiento digital de imágenes de satélite y el análisis de esta información primaria y secundaria disponible. Sin embargo, el espectro de posible cooperación es enorme, nada más en el tema de bonos de carbono para negociar deudas de carbono por intercambio de deuda externa. Por ejemplo, la experiencia de Medellín como la primera ciudad de Colombia en obtener bonos de carbono para la mitigación del cambio climático puede ser aportada a otras ciudades de países similares a Colombia. O la experiencia de Boyacá para que los páramos de Colombia sean la fuente para generar bonos de carbono que los países industrializados deben adquirir para compensar las grandes emisiones de gases efecto invernadero causantes de calentamiento global y cambio climático.
De otro lado, no se conoce aún una medición de los réditos en comercio que debe traer detrás la Cooperación Sur – Sur, porque no solo puede ser cooperación sin obtener nada a cambio. En esto las oportunidades de Colombia deberían aprovecharse aún más porque detrás de cada experiencia o buena práctica compartida hay bienes y servicios por vender y para ello debe haber una coordinación con Procolombia para hacer implementar una política mucho más agresiva.
Para nadie es un secreto que la cooperación estadounidense, la española, la japonesa, toda trae bajo la manga una estrategia de negociación y promoción de sus productos y servicios. China es el gran campeón de esta estrategia y se ha apoderado prácticamente de África, a través de una cooperación de US$80 millones en los últimos años a través de programas de seguridad alimentaria de la FAO, ha catapultado sus ventas de tecnología a países como Etiopía, Uganda y Namibia, para la producción de alimentos en el continente. Colombia podría seguir este camino y si por ejemplo coopera con buenas prácticas de evaluación de políticas, promueva el talento colombiano. Si coopera con estrategias de seguridad, entonces promueva a empresas de la nación que prestan servicios de seguridad y mitigación de riesgos.
El nuevo gobierno en términos de Cooperación Sur – Sur, apunta a África y Asia, según declaraciones del presidente, en temas de migración, política y seguridad, sin embargo, aún no se conoce cuál será esa oferta de experiencias que esperemos sea ofrecida al mundo de manera coordinada, basada en evidencia y con externalidades medibles de las exportaciones de bienes y servicios colombianos.
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