Sobre el futuro de la inflación, columna para La República

Sobre el futuro de la inflación

Escrita por: Julián Roa Rozo, coordinador de proyectos de la firma.

A nivel mundial la inflación se ha disminuido de manera importante. No obstante, todavía no se puede cantar victoria. De hecho, en varios países la reducción de la inflación se ha desacelerado, o se está estabilizando en niveles mayores a los vistos antes de la pandemia. En esta columna se proponen dos razones que permiten suponer un posible escenario de convergencia a una inflación más alta.
Por un lado, factores como la desglobalización y el envejecimiento de la población sugieren que la inflación será mayor en los próximos años.

Con la guerra de Ucrania, el conflicto en Israel y la potencial invasión de China a Taiwán, se ha hecho claro que el equilibrio de poderes ha cambiado. Esto ha reavivado los aranceles como un mecanismo de guerra económica. Poco a poco se ve cómo Estados Unidos ha vuelto a medidas proteccionistas, que, en la medida en que materialicen. Si dichas medidas se materializan, como respuesta, no tardarán en ser emuladas en el resto del mundo. De esta manera, se configurará un nuevo equilibrio en donde el comercio internacional tendrá un menor rol y los precios tenderán a ser mas altos pues la competencia internacional tendrá un menor poder.

Adicional al fin de la globalización, el mundo está entrando en una fase de envejecimiento y la población en edad de trabajar va a empezar a caer. Ello podría incrementar la inflación. La reducción en la población en edad de trabajar dará un mayor poder relativo a los trabajadores, quienes al ser relativamente menos podrán exigir mayores salarios, los cuales se transmitirán a una mayor inflación.

La conjunción del alto crecimiento poblacional en Asia junto con la reducción de los aranceles en los años 90 puede explicar la reducción en la inflación a nivel global en el periodo 1990-2019. Hoy estos factores se están reversando y se podría esperar una mayor inflación en el futuro. Por un lado, los efectos de los aranceles podrían verse en un plazo de cinco años, mientras que los efectos de los factores demográficos se podrían ver a lo largo de tres décadas.

Por otro lado, los bancos centrales tienen un rol en esta convergencia a un nivel más alto de inflación. Algunos bancos centrales incrementaron su meta de inflación. Otros bancos centrales perdieron credibilidad ante el público.

Al lector le surgirá la pregunta del porque algunos bancos centrales incrementaron sus metas de inflación.

Luego de la crisis de 2008, las economías avanzadas bajaron sus tasas de política monetaria a 0% con el fin de poder incentivar la demanda. Ello empezó a preocupar a los economistas. La razón principal es que, si llegase una nueva crisis económica, los bancos centrales no tendrían espacio alguno para responder pues ya no podrían bajar más su tasa de interés.

¿Qué hacer? Una solución propuesta por académicos como Olivier Blanchard es incrementar la meta de inflación. ¿Cómo funciona? La ecuación de Fisher nos dice que, en el largo plazo, la tasa de interés nominal neutral es igual a la tasa de interés real natural más la meta de inflación. Como los bancos centrales no controlan las fuerzas detrás de la tasa de interés natural (demografía, productividad, entre otras), la alternativa seria simplemente incrementar la meta de inflación.

¿Es así de simple? ¿Con una resolución se sale de este problema? No. Japón es un claro ejemplo de que incrementar la meta de inflación por si sola no garantiza este resultado. Sin embargo, si el incremento a la meta de inflación se hace de manera oportunista, es decir, aprovechando un choque de demanda como un mayor gasto público, la inflación si se puede incrementar a una meta mayor.

Este incremento oportunista es justamente lo que lo que pasó en 2020 en Estados Unidos y en la Zona euro. Los bancos centrales de ambas economías aumentaron sus metas de inflación y en éstas se implementaron paquetes fiscales importantes para hacer frente a la pandemia. En 2020, la reserva federal se pasó de una meta de inflación de 2% a una meta de inflación promedio de 2%. Por su parte, el Banco Central Europeo pasó de una meta de inflación “cercana, pero por debajo de 2%” a una meta simétrica de 2% en 2021. Ambos cambios suenan inconsecuentes, pero no lo son.

Finalmente, algunos bancos centrales sufrieron pérdidas de credibilidad. La combinación de una política fiscal expansiva junto con una política monetaria laxa pudo afectar la credibilidad en la meta de inflación. Este pareciera ser el caso de Colombia. En la gráfica adjunta se muestra el nivel de anclaje de las expectativas de los analistas a la meta de inflación. Un anclaje perfecto se da cuando dicha variable es igual a 1 y la perdida de total del anclaje en la meta se da cuando esta variable es igual a 0.

Se puede ver como durante el choque inflacionario de 2021-2022, las expectativas de inflación estaban menos ancladas a las expectativas que antes de la pandemia. Hoy se ve que se ha recuperado cierta credibilidad en la meta, pero hace falta camino para recuperar los niveles de anclaje previos a la pandemia.

¿Qué se aprende? Lo primero es que el mundo está cambiando mucho más rápido de lo que parece y podemos estar entrando en una nueva era. Es posible que la inflación sea mayor de manera estructural y los bancos centrales deberán adaptarse a este nuevo ambiente. Por lo anterior, una visión más prospectiva y menos cortoplacista es necesaria en las autoridades macroeconómicas. Segundo, así como los incrementos en las metas de inflación son creíbles si hay un mayor gasto fiscal, la viabilidad de las desinflaciones puede beneficiarse de una mayor austeridad en el gasto público.

Las medidas recientemente tomadas por el gobierno colombiano de austeridad fiscal pueden ayudar a una reducción de la inflación, caso en el cual serían de aplaudir. Finalmente, vale la pena investigar, con mayor rigor, si el Banco de la República de Colombia debe defender su credibilidad, para que sus mensajes ayuden a disminuir las expectativas de inflación. Preocupa por ello el reciente incremento en el IPC del mes de junio. La manera de conservar esa credibilidad es la prudencia en las próximas decisiones que debe tomar sobre el comportamiento de las tasas de interés. En el pasado el Banco ha sido prudente. Esperamos que lo siga siendo en el futuro.

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Innovación educativa: experiencias de Colombia…

Innovación educativa: experiencias de Colombia y Perú implementadas en Honduras

Escrita por: Vanessa Parada, analista de la firma.

En contextos rurales en los cuales no hay posibilidades de acceso a la educación o zonas que se enfrentan a sequías prolongadas, se ha evidenciado que algunas de las innovaciones educativas han traspasado las fronteras. Dichas metodologías son estrategias que se han llevado a cabo en Colombia y Perú y se han replicado con éxito en Honduras. Si bien atienden a una problemática similar, el contexto es diferente.

Econometría Consultores en una visita realizada en 2023, a instituciones educativas en algunos municipios de Honduras, encontró que se reconoce la influencia que han tenido Perú y Colombia en la implementación de algunas de las estrategias adaptadas a la escuela en contextos de crisis, para garantizar acceso al agua, como lo ha sido el sistema de bombeo llamado Emas (Escuela Móvil de Agua y Saneamiento) o la metodología llamada Sistema de Aprendizaje Tutorial (SAT).

El mecanismo de las bombas EMA consiste en un sistema de bombeo de agua manual que busca extraer agua de un pozo a la superficie. La innovación es usar como motor el popular juego infantil sube-baja. Mientras las niñas y niños se divierten, se eleva el agua a los tanques de almacenamiento aprovechando la energía que se produce. Se recomienda que este tipo de bombas se instalen en colegios en los que se encuentren una amplia cantidad de niños, ya que se requiere del movimiento repetitivo que genera el juego.

Si bien este sistema ha sido usado en otros países de América Latina, es en Perú donde se encuentra más documentado su uso, sobre todo en comunidades rurales en las cuales no hay acceso a energía que posibilite la extracción de aguas subterráneas, ni tampoco existen ríos o quebradas cercanas.

Este particular mecanismo de extracción de agua se presentó como una alternativa a la profunda crisis de acceso recurso hídrico que tiene Honduras, pues el país se encuentra atravesado por el Corredor Seco Centroamericano. Dicha franja geográfica está ubicada en la Costa Pacífica y atraviesa a varios países de Centro América, lo que los hace muy vulnerables a la sequía prolongada, que se ha acentuado por el cambio climático.

Su implementación en Honduras se ha usado con el fin de garantizar el acceso al agua en las escuelas, debido a que en las largas temporadas de sequía este recurso es escaso o no está disponible para algunas instituciones educativas. Lo anterior limita el acceso de las niñas y niños a las escuelas, ya que no se pueden garantizar las medidas adecuadas de salubridad para el uso de baños o lavado de manos, con el riesgo de vulnerar el derecho a la educación con calidad y en condiciones dignas. Este sistema de bombeo ha sido una solución para brindar educación con continuidad.

La otra estrategia que busca generar entornos seguros para el aprendizaje es el SAT, es una metodología diseñada por Fundaec (Fundación para la Aplicación y Enseñanza de las Ciencias) a finales de 1970 en Colombia. Esta consiste en programas de educación formal con enfoque semipresencial y apoyado en tutorías adaptadas a las condiciones sociales y culturales del sector rural. A este sistema pueden acceder tanto jóvenes como adultos, campesinos, pues cuenta con la ventaja de tener una baja intensidad horaria y un tutor que en la mayoría de los casos pertenece a la comunidad y ha sido capacitado para este rol. Así se permite que quienes accedan a este tipo de educación sigan realizando labores productivas, sociales y familiares.

El SAT está dividido en tres etapas según se trate de educación básica primaria, básica secundaria o media. Aunque cada etapa tiene una duración media de dos años, se puede adaptar al ritmo de avance de cada estudiante. El modelo original buscaba fortalecer cinco capacidades: “Servicio a la Comunidad, Lenguaje y Comunicación, Tecnología, Ciencias y Matemáticas.” Como lo explica Fundaec, La estrategia genera una fuerte participación comunitaria en la formación de habilidades y destrezas para fortalecer la educación en el sector rural. Vale la pena resaltar que el sistema no busca sustituir a las instituciones educativas, sino que pretende llegar a donde otras estrategias educativas no llegan.

Este modelo se adaptó al contexto de Honduras en el cual la tasa de deserción escolar en zonas rurales según la Secretaría de Educación de Honduras es alta (19,70%, en comparación con un 10,9% en Colombia)., Se hace aún más pertinente teniendo en cuenta que el país, además de ser atravesado por el Corredor Seco, también hace parte del corredor migratorio, el cual es paso, pero también expulsor de migrantes a hacia los Estados Unidos. Algunos de estos son menores que desertan del sistema educativo, riesgo que el SAT busca minimizar.

La implementación del SAT en Honduras comenzó en 1996 a través de la Fundación Bayán, la cual focalizó su acción en las comunidades rurales de la costa norte, en donde no había posibilidades de continuar con la educación secundaria. Ello implicaba el desplazamiento de quienes deseaban seguir sus estudios, sacándolos de su comunidad con consecuencias como el desarraigo. Las principales adaptaciones se centraron en las capacidades que se buscaban desarrollar, con énfasis en lectura, escritura, y aritmética, buscando una mayor retención escolar, así como promover la responsabilidad cívica y el empoderamiento de la mujer. Se resalta la inclusión de un componente de equidad de género en el sistema de aprendizaje.

En Honduras el SAT se ha implementado en 12 de los 17 departamentos. En los cuales se ha valorado positivamente la capacidad de respuesta a situaciones de emergencia originadas por los huracanes, que han destruido vías de acceso así como instituciones educativas, que dejan a las comunidades incomunicadas y a los estudiantes sin posibilidad de asistir a clases de manera regular. A su vez, se ha reconocido su contribución en la reducción de la deserción escolar y la migración de adolescentes.

Es así como, las iniciativas desarrolladas e implementadas con éxito en Perú y Colombia para generar continuidad en la educación en contextos de crisis han sido relevantes para el sistema educativo en Honduras. Si bien no existen los factores agravantes pueden ser diferentes, las soluciones que se plantean pueden contribuir a proveer una educación de calidad en condiciones dignas. Es un claro ejemplo de lo que puede alcanzar la cooperación Sur – Sur a través de experiencias exitosas que puedan replicarse y adaptarse en países con desafíos similares.

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La descentralización en Colombia: una materia pendiente

La descentralización en Colombia: una materia pendiente

Escrita por: Mario Velasco, consultor asociado; Daniel López, Vanessa Parada y Laura Lara, analistas de la firma.

La descentralización en Colombia puede entenderse como un proceso que tiene al menos tres dimensiones: la política, la administrativa y la fiscal. La primera alude principalmente a la elección de mandatarios locales (alcaldes y gobernadores); la segunda, se relaciona con las facultades y competencias de las entidades territoriales frente a las políticas sectoriales; y la tercera, atañe a la transferencia de recursos del nivel central a las entidades territoriales (municipios y departamentos).

Desde los años 80 del siglo pasado, se ha buscado generar un marco normativo alrededor de tales dimensiones de la descentralización, empezando por la Ley 14 de 1983 que buscaba el fortalecimiento de la capacidad impositiva local, al incrementar las transferencias del Gobierno Nacional hacia las entidades territoriales; pasando por el Decreto Ley 77 de 1987 conocido como el Estatuto de Descentralización; y desde luego, por la Constitución Política de 1991. Posteriormente, han sido establecidas otras normas importantes en esta materia y, recientemente, se ha enfatizado en los planes nacionales de desarrollo 2018-2022 y 2022-2026 en la necesidad de ahondar en la descentralización como mecanismo de equidad territorial.

Lo anterior muestra un amplio acervo normativo que, sin embargo, no siempre resulta preciso ni suficiente para asegurar el desarrollo de la descentralización desde sus tres dimensiones. En este contexto, se creó en 2021 la Misión de Descentralización (Decreto 1665 – 2021) como una “Iniciativa participativa, independiente y transparente que recoge ideas y recomendaciones de diversos actores a lo largo y ancho del país para evaluar el modelo actual de descentralización y presentar propuestas constitucionales y legislativas para definir y ordenar la distribución de competencias y fuentes de financiación entre la Nación y las entidades territoriales” (DNP, 2024).

En función de lo anterior las propuestas se han concentrado en cinco temas específicos: 1) competencias entre niveles de gobierno; 2) fuentes y usos de los recursos para el desarrollo; 3) arquitectura institucional y modernización de la administración pública; 4) Estado abierto y participación ciudadana territorial; y, 5) descentralización y territorios indígenas.

La Misión se articuló con lo fijado en el PND 2018-2022 “Pacto por Colombia, Pacto por la Equidad” mediante el pacto XVI “Pacto por la descentralización: conectar territorios, gobiernos y poblaciones”; allí se destaca la necesidad de efectuar inversiones para: i) el desarrollo, el ordenamiento y fortalecimiento de la asociatividad territorial; ii) la búsqueda del fortalecimiento institucional y modernización de los gobiernos territoriales; y iii) la generación de instrumentos para la toma de decisiones que promuevan el desarrollo regional.

Por su parte, en el PND 2022-2026 “Colombia, potencia mundial de la vida” la descentralización se considera desde el ordenamiento del territorio alrededor del agua y la justicia ambiental; en este se busca coordinar los instrumentos de ordenamiento y planificación territorial, así como mejorar las capacidades de los gobiernos locales y las comunidades para tomar decisiones en esta materia.
En este escenario, como resultado del trabajo de la Misión, se cuenta con propuestas sobre los temas específicos mencionados, asunto que demarca varios desafíos relacionados con su materialización.

El primero tiene que ver con la capacidad de incidencia de la Misión sobre el Congreso de la República en lo que compete a las reformas legislativas propuestas tales como: nuevas tipologías de las entidades territoriales; cambios en el ordenamiento territorial, así como en el Sistema General de Participaciones y de Regalías; entre otros. Bajo esa perspectiva es primordial contar con la voluntad política del Gobierno Nacional, de modo que los ajustes requeridos puedan transitar efectivamente por el legislativo.

Aunado a lo anterior, y como un segundo desafío, es importante transmitir a la entidades territoriales y actores locales los resultados de la Misión, de modo que puedan ser comprendidos, pero sobre todo apropiados en el territorio incluyendo asambleas departamentales y concejos municipales, pues parte de la reglamentación de ciertos cambios pasarían por estas corporaciones (ej. funciones, servicios y competencias de una nueva tipología territorial). Este asunto en sí mismo impulsaría el debate tanto en el legislativo como en otros espacios académicos y sociales necesarios para avanzar en una descentralización acorde con las necesidades actuales.

Este punto es clave pues se conoce que la Misión viene realizando un trabajo decidido hacia y desde los territorios, por lo tanto, plantear cómo serán empleados los resultados es una manera de advertir la importancia de la participación de los actores e instancias involucradas del territorio, buscando así respaldo para lograr incidencia y cambios efectivos.

En cierta manera, lo anterior lleva a un tercer reto consistente en definir una agenda gubernamental y social de la descentralización, en procura de que sea un asunto relevante no solo para la institucionalidad sino para gremios, organizaciones comunitarias y centros científicos de las ciencias sociales, entre otros. Se trata de develar la relevancia y potencialidad de la descentralización para el desarrollo del país tanto en el momento actual como en el corto y mediano plazo.

Tales desafíos sumados a la necesidad reiterada de atacar la desigualdad en el país, nos lleva a plantear que la descentralización en Colombia sigue siendo una materia pendiente de ser integrada plenamente en nuestro arreglo político institucional, siendo pertinente examinar a fondo las recomendaciones planteadas por la Misión, de modo que se transite a lograr territorios más equitativos y justos socialmente.

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La inteligencia artificial y el factor humano

La inteligencia artificial y el factor humano

Escrita por: Luz Angela Artunduaga - Consultora externa de Econometría.

La expansión exponencial del uso de la Inteligencia Artificial (IA) en cada vez más tipos de aplicaciones resulta innegable. Su usabilidad y adaptabilidad a distintas necesidades la convierten en una herramienta cada vez más útil y accesible, generando mayor interés e inquietud sobre sus alcances y requerimientos. Desde Econometría Consultores pasamos a relatar una experiencia concreta que contribuya a promover los posibles usos de la IA en el campo de la investigación social y evaluación de proyectos, en especial en lo relativo al rol del “factor humano”.

En una consultoría se requería revisar siete mil sesenta y nueve (7.069) carpetas compuestas por 3´954.820 páginas en un lapso de treinta días. Se trataba de una documentación generada por instituciones del nivel municipal y departamental que permitiría “valorar de forma objetiva el avance del territorio en el compromiso por los niños, niñas y adolescentes”. Suponiendo que podría haberse recurrido a un gran número de personas para cumplir con la revisión documental en el volumen y tiempo previsto, la estandarización de criterios en la revisión de los mismos hubiese resultado difícil de lograr y de validar. Por esta razón la decisión fue utilizar la IA como una herramienta de análisis de pruebas basadas en documentos de texto.

Para presentar la experiencia es importante señalar las dos grandes características de la IA: en primer lugar está diseñada para entender el lenguaje usual o, para decirlo coloquialmente, habla en nuestro mismo idioma, por lo tanto las consultas o instrucciones se realizan mediante el lenguaje con los llamados “prompts”; por otro lado, cuenta con una arquitectura de procesamiento lógico estructurado elabora sus “algoritmos” , a partir de una secuencia  de instrucciones, –las cuales deben ser lógicas, sistemáticas y previamente definidas–,realizan una determinada tarea como: solicitudes de búsqueda e identificación, ordenamiento o análisis de la información suministrada.

La revisión documental, para evaluar las acciones realizadas en el marco del Compromiso por la Niñez, suponía identificar si esas acciones previamente definidas se encontraban efectivamente ejecutadas. El análisis se debía realizar a través delas distintas áreas temáticas que el Compromiso por la Niñez abarca, como: educación, nutrición y salud, prevención de violencias, participación de la niñez, estructura y gobierno territorial. Este trabajo que la IA debía procesar, requería del diseño de los prompts y algoritmos mencionados para lo cual se recurrió al} realizar un panel de expertos para la revisión de los criterios de valoración en las distintas áreas mencionadas. Su experticia permitiría no solo una mayor precisión en la redacción de los prompts, si no, también, redundaría en contemplar  criterios más precisos para el diseño de los algoritmos.

Si es cierto que la IA puede hacer todo “ella” sola, ¿para qué el panel de expertos?

Un ejemplo de una de las instrucciones propuestas por la IA en la elaboración de prompts fue: “los listados de asistencia deben incluir información detallada sobre la participación de niños, niñas y adolescentes en la consulta”. Los expertos la ajustaron así: “los listados de asistencia deben incluir información del territorio, especificar o nombrar la actividad a realizarse y contener datos de identificación de quienes participan en la consulta desagregada por variables de sexo, edad, pertenencia étnica y ruralidad”.

Pero, ¿la Inteligencia Artificial no es capaz acaso de poseer un conocimiento del tema, así como  de la forma o estrategia más adecuada para hacerlo? Pues en principio la respuesta es sí, y tan así es que cada vez se amplían y generan nuevos espacios de consultas especializadas en distintos temas de interés. En ese avance, la participación de los expertos no solo ocupa los espacios que la IA aún no cubre, sino que, es fundamental para la comprensión del requerimiento específico. Este punto se quiere destacar a continuación.

En el ejemplo de prompt presentado, la diferencia exacta entre las dos versiones es que mientras la primera menciona que la información requerida debe ser “detallada”, la de los expertos especifica los detalles requeridos como sexo, edad, pertenencia étnica y ruralidad. Lo anterior es relevante por cuanto el propósito del proyecto es el de “valorar de forma objetiva el avance del territorio en el compromiso por los niños, niñas y adolescentes” y, al detallar se delimita el rango de los datos a solo los que concurran en la relevancia para ello. Sin el ajuste realizado al prompt, la primera versión hubiese arrojado todo tipo de datos relacionados como fechas, nombres de participantes u otros irrelevantes para la valoración requerida, desenfocando el proceso de análisis documental.

Como se mencionó, la elaboración de un prompt requiere ser lo más específica posible, expresando la solicitud en un lenguaje sencillo y concreto. Ahí es en donde nos enfrentamos a que el lenguaje puede ser ambiguo, o a que demos por sobreentendidas las palabras, evocando significados que pueden ser mejor comprendidos por quienes participamos de un mismo contexto. Las ambigüedades, los sobrentendidos, o la evocación significados, son aspectos íntimamente ligados al pensamiento humano. La experiencia de los expertos permite explicarlas y concretarlas en conceptos específicos para el uso de la IA.

La frase “La pregunta es más importante que la respuesta”, atribuida a Albert Einstein, es el mejor ejemplo que más allá del diseño propiamente informático de la inteligencia artificial. El “factor humano” entendido como “quien hace la pregunta” es fundamental, pues detrás de cada pregunta hay una necesidad (un para qué) y una voluntad (un qué) que la dirige. Ese principio, que guía y define los parámetros de cualquier investigación (el cómo), es definitivamente humano.

Econometría, desde la capacidad de aplicación de métodos de investigación y evaluación de su talento humano, en conjunto con la experticia temática de sus colaboradores, incorpora a la Inteligencia Artificial como herramienta al servicio de las intervenciones sociales y los procesos de desarrollo.

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Reactivación pasa por más comercio e inversión

Reactivación pasa por más comercio e inversión

Escrita por: Claudia Avellaneda, consultora asociada a Econometría y Álvaro Concha, consultor asociado a Oportunidad Estratégica.

En la actualidad, en la economía colombiana, las tasas de crecimiento del PIB son insuficientes debido a un aumento nulo en la productividad de los factores, una baja absorción de tecnología, y unas reducidas tasas de crecimiento tanto de la inversión como de los empleos formales y de calidad. Esto ha llevado a una baja competitividad, que se refleja en un lánguido aumento de las exportaciones y un elevado déficit en la cuenta corriente de la balanza de pagos.

El Plan Nacional de Desarrollo 2022-2026 trazó estrategias para implementar una política de reindustrialización, con el propósito de diversificar la producción mediante la adición de valor agregado, así como para incrementar la atracción y participación de la Inversión Extranjera Directa (IED) de manera sostenible, con un enfoque regional.

Dos fuentes cruciales para solucionar este relativo estancamiento de la economía son las exportaciones de servicios y la IED.  Hablamos de las exportaciones de servicios, pues a pesar de que se logre reindustrializar la economía, como lo argumentan profesores como Dani Rodrick, la industria cada vez será más automatizada y no será la gran generadora de empleo en el futuro, sino un catalizador de nuevas tecnologías y demanda derivadas hacia los servicios.  

El comercio de servicios ha sido el componente más dinámico del comercio mundial en los últimos 15 años. Los servicios generan el 67% del PIB mundial, en contraste con el 16% y el 34% de los sectores agropecuario e industrial, respectivamente (OMC y Banco Mundial, 2023). Este dinamismo ofrece a Colombia oportunidades significativas para un crecimiento impulsado por las exportaciones.

La exportación de servicios en Colombia es baja por un escaso desarrollo de la oferta exportable diferente al turismo. Existen servicios que pueden acelerar la transformación económica, los cuales se suministran en mayor medida utilizando tecnologías digitales y son valiosos por derecho propio dada su capacidad de generar empleo, exportar más, atraer más inversión extranjera y reinvertir en innovación. Los servicios profesionales, los financieros, las TIC, el transporte y la logística articulan diversos eslabones de una cadena de suministro, agregan valor, impulsan la innovación digital y contribuyen a la competitividad global.

Para ello, el Ministerio de Comercio Industria y Turismo decidió contratar una línea de crédito con el BID para estimular las exportaciones de servicios y de la IED de eficiencia. En cuanto a las exportaciones de servicios, la estrategia se concentró en financiar el fortalecimiento de empresas de servicios favoreciendo su crecimiento y el fortalecimiento de su gestión gerencial para atender el mercado nacional, compitiendo con la oferta internacional, y generando una oferta exportable para los segmentos más dinámicos de crecimiento del comercio de bienes y servicios en el mundo. Los temas claves abordados son: el conocimiento de la normatividad fiscal nacional e internacional de servicios, la reglamentación cambiaria, la tecnología, y la formación de capacidades laborales, que son cada vez más competidas a nivel internacional por la facilidad del trabajo remoto y por la escasez de oferta a nivel nacional.

Para mejorar la disponibilidad de información sobre el comercio de servicios y soportar adecuadamente la formulación de políticas públicas que lo promuevan, Colombia, en el marco de la citada operación de crédito con el BID, ha avanzado en el mejoramiento metodológico y generación de información mensual de las variables principales del sector servicios.

En cuanto a la atracción de IED, hay un propósito nacional para diversificar y atraer empresas en sectores con mayor agregación de valor, buscando contribuir a la diversificación de la economía colombiana. Lo anterior para evitar una dependencia de la exportación de energéticos cuyos precios son altamente volátiles y además están en proceso de sustitución por fuentes menos contaminantes. Para ello se identificó la necesidad de facilitar el aterrizaje de empresas en Colombia por la vía de una ventanilla única de inversión (VUI) con el mismo espíritu de la ventanilla única de exportaciones: facilitar la llegada de la IED de manera eficiente, integrando no solo los trámites a nivel nacional, sino también a nivel regional mediante procesos de mapeo y simplificación del ciclo de inversión. Adicionalmente, se decidió establecer la oficina del ombudsman (Servicio de Facilitación de la Inversión Extranjera Directa), concebida como una herramienta facilitadora cuyo objetivo es no solo prevenir controversias entre inversionistas y el Estado, sino también mejorar de manera sistemática el clima de inversión.

Esta oficina debe tener la capacidad de apoyar a los inversionistas no solo en su etapa de establecimiento en el país sino también acompañarlos para facilitar su retención y expansión en el territorio nacional. Para lograrlo, el ombudsman debe poder tener una alta capacidad de convocatoria y coordinación con las demás entidades del Gobierno Nacional, actuando como un mecanismo de control y supervisión del poder público, para resolver de manera efectiva situaciones que afecten al inversionista y en lo posible evitar que se conviertan en litigios en contra del Estado.

Hasta el momento, y gracias a un gran y efectivo esfuerzo del equipo del Ministerio de Comercio se ha logrado una adecuada ejecución del crédito que debe terminar a más tardar al finalizar el primer semestre del 2025. El gran reto ahora será garantizar la sostenibilidad de los dos componentes del programa: el de las exportaciones de servicios y el de la atracción de la IED.  Estas iniciativas, en conjunto, no solo fomentan un clima propicio para la inversión en Colombia, sino que también promueven un crecimiento económico sostenible y equitativo. Para ello se requiere mantener una adecuada financiación del presupuesto nacional para el programa de fábricas de productividad e internacionalización, poner en funcionamiento la ventanilla única de la inversión (VUI) con los recursos requeridos para su permanencia e institucionalizar la figura del ombudsman o defensor del inversionista. Así mismo, a partir de este impulso, el país deberá seguir avanzando hacia el levantamiento de información más representativa, que visibilice el valor agregado y la diversidad ofrecida de los servicios modernos.

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Control de la deforestación y sistemas agropecuarios…

Control de la deforestación y sistemas agropecuarios sostenibles

Escrita por: Guillermo Rudas, consultor externo.

El Cambio Climático (CC) requiere acciones globales y locales diferenciadas. En Colombia se deben priorizar medidas conjuntas y articuladas de adaptación a los eventos extremos, incluyendo especialmente: protección de bosques, restauración de ecosistemas naturales y transformación productiva agropecuaria. Todo, por supuesto, de manera consistente con el compromiso de Colombia de reducir en 2030 el 51% de las emisiones de CO₂ proyectadas para ese año, si no se tomaran medidas de mitigación.

Los efectos del CC se expresan, entre otros indicadores, en elevados costos del daño derivado de eventos climáticos extremos. Tomando como referencia cifras de la CEPAL (CepalStat, Costo económico de los desastres) y expresándolas en unidades de paridad de poder adquisitivo (PPP, por su sigla en inglés), para América Latina y el Caribe, estos costos ascendieron en 2010-2011 a US$ 25.000 millones y en 2017 a US$ 89.620 millones (respectivamente 0,14% y 1,53% del PIB anual de la región). Según esta fuente, en Colombia los costos respectivos ascendieron en 2010-2011 a US$ 3.320 millones y en 2020 a US$ 160 millones (0,53% y 0,06% del PIB anual del país), con numerosas pérdidas de vidas humanas y efectos irreparables sobre las poblaciones más vulnerables.

Según el Banco Mundial, Colombia aporta marginalmente a las emisiones mundiales de gases efecto invernadero (GEI). Entre 2015 y 2020, Estados Unidos, Rusia y China emitían respectivamente 15,  11 y 7 toneladas anuales de CO₂ por habitante, aportando el 44% del total de las emisiones planetarias. En el mismo período, Colombia emitía apenas 1,6 toneladas por habitante-año, que representaban apenas el 0,36% del total. Según cifras de Naciones Unidas, 67% de las emisiones mundiales provienen de combustibles fósiles (petróleo, carbón y gas) mientras que, según el inventario de emisiones reportado por Colombia, en el país, 51,9% se originan en usos del suelo rural, así: 34,6% en pastizales y ganadería; 16,4% en deforestación y bosques naturales; y 8,1% en cultivos, plantaciones y otros usos del suelo. Menos de la cuarta parte (23,6% el total) provienen de sectores asociados a combustibles fósiles (transporte, generación termoeléctrica y refinación de combustibles).

La adaptación requerida para atenuar los efectos negativos del CC sobre la población vulnerable, rural y urbana en alto riesgo, así como en general sobre la economía, tiene importantes coincidencias con el cumplimiento de metas de reducción de emisiones. Las inversiones en promoción del cambio tecnológico agropecuario se deben orientar tanto a adaptarse a los riesgos derivados del CC, como a disminuir una porción importante de las emisiones del país. Esto es más evidente en la interacción entre el control de la deforestación, la adaptación al CC y la reducción de emisiones. Al respecto, es claro que una sequía generada por fenómenos como El Niño produce serios problemas en las fuentes de abastecimiento de acueductos e hidroeléctricas. Pero como lo plantea el especialista en recursos hídricos Germán Poveda en el libro Colombia País de Bosques (Rodríguez y Valdés, 2022), esta escasez de agua puede volverse estructural con las altas tasas de deforestación amazónica. Esta deforestación afecta los denominados “ríos voladores” y amenaza irreversiblemente la disponibilidad de agua en Bogotá, Quito, La Paz e incluso Lima.

En las medidas de adaptación al CC relacionadas directamente con la reducción de emisiones de GEI, Colombia se encuentra bastante rezagada frente a las metas que se han fijado en el mundo. Se han generado importantes normas y regulaciones, así como diversos programas y proyectos; pero es muy baja su ejecutoria, debido principalmente a poca capacidad técnica, institucional y financiera, así como una muy débil medición de resultados. De todas formas, con apoyo de la cooperación internacional se adelantan esfuerzos locales, algunos con amplia cobertura subregional, orientados principalmente hacia el pago al país por los resultados en la reducción de emisiones de CO₂. Uno de estos programas es Visión Amazonía, orientado a disminuir las emisiones mediante la eliminación de la deforestación en esa región en los próximos años y, complementariamente, desarrollando sistemas productivos agropecuarios amigables con la naturaleza. Otra iniciativa es el Programa de Reducción de Emisiones (PRE) Biocarbono Orinoquia, concebido igualmente bajo el esquema de pago por resultados en la reducción de emisiones. Este programa busca desarrollar cadenas productivas agropecuarias bajas en carbono, combinándolas con procesos de restauración de bosques y control de la deforestación.

En su diseño, las dos iniciativas plantean una relación adecuada entre la reducción de las emisiones de GEI, con acciones asociadas con la adaptación al CC, tales como el control de la deforestación y el desarrollo los sistemas productivos amigables con el medio ambiente. Así, en la Amazonía se privilegia la reducción de emisiones causadas por la deforestación y la degradación de los bosques, bajo el liderazgo del Ministerio de Ambiente; y en la Orinoquia se enfatiza en los sistemas productivos bajos en carbono, bajo el liderazgo del Ministerio de Agricultura. Esta concepción formal es adecuada; pero, en la práctica, la articulación entre estos dos enfoques genera grandes retos que son difíciles de asumir exitosamente.   Econometría ha desarrollado estudios para ambos programas.  El próximo 30 de mayo en el Hotel Estelar de Villavicencio estaremos presentando las curvas de costos de abatimiento para el PRE Biocarbono (información en info@biocarbono.org)

De las anteriores reflexiones se derivan al menos tres conclusiones centrales: (1) un país como Colombia debe privilegiar la acción climática en medidas de adaptación y focalizarse en aquellas que generan mayores efectos sobre la reducción de emisiones, es decir en las áreas rurales y urbanas de alto riesgo; (2) controlar la deforestación solo será posible si se brinda alternativas de producción e ingreso a la población cercana a bosques y áreas de actividades ilícitas; (3) sistemas productivos bajos en carbono deben adelantarse siempre con estrategias efectivas de protección de los ecosistemas naturales. Estos tres elementos requieren una fuerte y efectiva visión de adaptación al CC, con efectos positivos sobre la reducción de emisiones y focalizados en el sector rural. Y todo ello con una institucionalidad pública fuertemente articulada entre sí y asociada con los distintos sectores productivos.

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Atraso en los POT: “lo perfecto es enemigo de lo bueno”

Atraso en los POT: “lo perfecto es enemigo de lo bueno”

Escrita por: Arturo García, director de proyectos - socio.

Según el Ministerio de Vivienda, 80,2% de los municipios del país en 2023 tenían vencidos sus Planes de Ordenamiento Territorial (POT). Como plantee en una columna anterior, “Sin ordenamiento territorial no hay desarrollo posible” (La República, 2024), el no actualizar los POT es equivalente a estar desaprovechando posibilidades de desarrollo, estar incurriendo en gastos superiores a los previstos y poniéndonos a nosotros y a nuestras propiedades en riesgo de emergencias, respecto a opciones donde el ordenamiento propicia la cooperación (uso de una infraestructura por más gente) o evita situaciones de riego (que generarán costos cuando ocurran los eventos). Si el ordenamiento es tan importante y es un tema central en el actual Plan Nacional de Desarrollo, ¿por qué ese retraso?

Lo primero es que los potenciales beneficios del ordenamiento son percibidos por la ciudadanía como un tanto remotos e hipotéticos, mientras que los costos, expresados en aumentos de los impuestos prediales, son reales y anualmente recurrentes. La mezcla de falta de pedagogía sobre beneficios, muchos de ellos colectivos, y temor a que un aumento en los ingresos para las administraciones locales no derive en mayores obras y servicios (sea por ineptitud o por corrupción), hacen que no se perciba los beneficios netos.

En segundo lugar, falta claridad conceptual sobre los aportes del ordenamiento territorial. Los POT contemplan la estimación de más de 40 indicadores para su formulación y para luego hacerle seguimiento a su aplicación (expediente municipal). Indicadores bastante complejos. Al punto de que, cuando el Programa POT Modernos fue a hacer un seguimiento a los mismos, la mayoría de los municipios no fueron capaces de estimarlos y fue necesario contratar una consultoría (!).

Sin embargo, si se analiza en detalle la esencia de los POT, como hicimos en un informe para el DNP con financiación de MSI (Econometría, 2018), ordenar un territorio en esencia implica tres cosas. Primero, conservar y proteger el agua, cosa que, como evidencia la crisis que vive Bogotá, es más urgente que nunca. Segundo, identificar las áreas que enfrentan conflictos de uso del suelo. Es decir, que son usadas con fines diferentes a su vocación, como cultivos en zonas de páramo o áreas de vocación agrícola que no se usan. Y tercero, buscar minimizar el tiempo de acceso a los bienes y servicios públicos a través de las inversiones y acciones del Estado. A falta de claridad, la formulación de los POT se va por lo procedimental y la prioridad termina siendo la estimación de más de 40 indicadores.

En tercer lugar, como si con lo ilustrado en el párrafo anterior no fuese suficiente, estamos quedados a la hora de formular los POT porque no diferenciamos entre POT, Planes Básicos (Pbot) y Esquemas (EOT). La idea, en principio, era que el esfuerzo asociado a municipio de distinto tamaño fuese diferencial. En la práctica, las tres figuras de ordenamiento terminan siendo una sola. En la medida en que no hay claridad conceptual y al final tienen que estimar una gran cantidad de indicadores, la gran mayoría de los municipios terminan contratando empresas consultoras para este trabajo, las cuales llegan con una “plantilla” que, en una muestra ilustrativa del “copy & paste”, terminan aplicando a todos los municipios independientemente de su categoría, e incluso diciendo a los municipios más pequeños que les están dando un plus respecto a lo que requieren.

Un cuarto tema es el costo de los estudios que deben dar insumos para la formulación de los POT, como los levantamientos de la cartografía o el análisis de riesgos. Estos son viables para grandes municipios con amplias fuentes de financiación, pero prohibitivos para los pequeños. En este campo, lo crítico es lo comentado en el punto anterior: la falta de discriminación. Una gran ciudad debe hacer un levantamiento cartográfico detallado, pero los municipios a quienes corresponde elaborar un esquema de ordenamiento territorial deberían tomar como base la cartografía con la que cuente el Igac. Y luego, en temas como la vocación de uso del suelo o la identificación de riesgos, debería trabajarse con cartografía social, involucrando a la comunidad sobre la información que se disponga del Igac y otras entidades públicas.

Finalmente, hay un tema normativo que deja un tremendo vacío en este país santanderista. De acuerdo con el concepto de una firma jurídica “aunque la revisión del POT es un mandato legal, no existe sanción a los alcaldes por no realizarla”. Absurdo.

Este es un escenario donde no se perciben los beneficios, pero si los costos; no hay claridad conceptual sobre lo que realmente es importante de los POT y lo que queda es la necesidad de estimar muchos indicadores; no se discrimina el trabajo que se debe hacer en los municipios según les corresponda POT, Pbot o EOT; y los municipios pequeños no cuentan con los recursos para hacer los estudios que corresponden a las grandes ciudades. No extraña que 80,2% de los municipios no haya actualizado sus ordenamientos territoriales ya vencidos.

Acá se aplica la frase de Voltaire: “lo perfecto es enemigo de lo bueno”. El ordenamiento territorial es absolutamente necesario para organizar las funciones del Estado en el territorio, y es razonable actualizarlo con la periodicidad que plantea la ley (cada 12 años). Pero la institucionalidad y las prácticas crean todos los incentivos para no hacerlo. Ello es terriblemente costoso en términos de bienestar para la población y racionalización de las finanzas públicas, que al final se refleja en posibilidades de desarrollo.

Los municipios de mayor población, y en menor medida los intermedios, cuentan con capacidades y recursos con los que pueden trabajar. La prioridad son los municipios a los que les corresponde los EOT. Todas las entidades públicas con objetivos espaciales deben verter su información en los mapas del Igac (Econometría, 2023) y sobre esa base, a partir de consultas municipales y cartografía social, deben elaborarse esos esquemas. Es mucho mejor tener algo actualizado, que viejas pautas de ordenamiento territorial que no se vayan ajustando a las cambiantes necesidades del país.

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El camino hacia el proyecto 1.000, columna para La República

El camino hacia el proyecto 1.000

Escrita por: Carolina Murgueitio, directora general.

En este espacio queremos desde Econometría Consultores, celebrar un hito en nuestra historia, la celebración por la contratación del proyecto 1.000. Este número coincidió con el contrato por parte del Programa Mundial de Alimentos para evaluar los resultados de su programa estratégico en Guatemala. Llegar a este número, ha sido un camino que inició en 1977 cuando se fundó por Manuel Ramírez, Alejandro Vivas, Álvaro Reyes, Bernardo Kugler, Rodolfo Heredia y Diego Sandoval y más adelante cuando se vinculó la primera mujer Martha Isabel Gutiérrez. Hoy cuenta con socios 15 más, Arturo García, Carolina Murgueitio, María Gloria Cano, Oscar Rodríguez, Juan Manuel García, Gelcy Díaz, Marisol Rodríguez, Carolina Latorre, Carolina Suárez, Nury Bejarano, Benjamín Venegas, Claudia Peñaranda, Jaime Millán y Mauricio Olivera, que han logrado junto con sus colaboradores y consultores asociados, consolidarse como una firma de consultoría especializada en análisis económico que hoy se reconoce por la evaluación de políticas públicas y proyectos sociales, análisis regulatorio, estudios de demanda, entre otros. Los estudios, análisis, evaluaciones se realizan con un enfoque multidisciplinario y enfoques cuantitativos y cualitativos aportados por la antropología, la ciencia política, la psicología, la ingeniería, por mencionar algunas.

Este logro del proyecto número 1.000, no solo representa una cifra importante en términos de proyectos completados, sino que también simboliza el compromiso, la excelencia y la dedicación que han caracterizado a quienes han aportado en cada uno de los proyectos de Econometría. Desde sus inicios, la firma se ha esforzado por ofrecer soluciones innovadoras y personalizadas a sus clientes, ayudándoles a tomar decisiones informadas y basadas en evidencia. El conocimiento adquirido a lo largo de tantos años, también se transmite actualmente a través del Centro de Estudios Manuel Ramírez que se fundó con el apoyo de Econometría Consultores a finales de 2019, por un grupo de 30 destacados investigadores, muchos de ellos alumnos, amigos, familiares, y compañeros de trabajo de Manuel Ramírez.

El proyecto 1.000 al ser internacional, simboliza el camino que ha ido recorriendo la firma en mercados internacionales llegando a países de América y el Caribe, Asia y África. La primera experiencia en el ámbito internacional fue en 1994 para la Superintendencia General del El Salvador para quienes se estimó la demanda de servicios de electricidad. En 1997 se apoyó a Aladi para la identificación de Iniciando el milenio, la alianza con el Estudio de Estudios Fiscales de la Universidad de Londres marcó un hito en la consolidación de Econometría como uno de los referentes en evaluación de impacto de programas de subsidios condicionados Familias, Jóvenes y Empleo en Acción. Esta experiencia catapultó a Econometría para llevar a cabo la evaluación de programas similares en Honduras y Bahamas.

En 2013 se firmó el primer contrato de largo plazo con el Programa Mundial de Alimentos para servicios de evaluación y en la actualidad se ha ratificado ese mismo contrato en tres oportunidades y la figura se expandió a otras organizaciones de Naciones Unidas, Unicef, la FAO, OIT y Ocha. La exportación de nuestros servicios también se ha expandido con entidades multilaterales y de cooperación internacional. De la mano de esos contratos de largo plazo el talento de Econometría ha llegado a países como Bután, Bangladesh, Etiopía, Ghana, Cuba, Nicaragua, Guyana, Ecuador, Panamá, Perú, Paraguay, Bolivia, Venezuela, Haití, Honduras, República Dominicana, Bahamas, Zambia, Nepal, Afganistán, Gambia, Bangladesh, Guinea Bissau, Georgia, por solo mencionar algunos.

Econometría además hace parte de la Alianza Latinoamericana de Consultorías Económicas (Laeco), que elabora mensualmente análisis macroeconómicos de cada país de la región, lo que ayuda a consolidar la red de la firma en la región.

El trascender fronteras no habría sido posible sin la experiencia adquirida en Colombia a través de evaluaciones contratadas por entidades como Sinergia del Departamento Nacional de Planeación que es un referente a escala mundial en el ámbito de la evaluación de políticas públicas, así como de entidades territoriales, comisiones de regulación, entidades del gobierno nacional, organizaciones vinculadas a cambio climático, desarrollo sostenible y en el sector privado empresas que buscan un aliado para medir el impacto de su inversión social, de su valor compartido así como la estructuración de sus inversiones o estimación de la demanda. También ha sido aliada de varios operadores de Usaid en cada una de sus intervenciones en el país, así como de la cooperación de otros países como Alemania, Suiza, Suecia, Noruega, España, Holanda, la Unión Europea, Canadá, India, Francia, entre otros.

El camino hacia el proyecto 1.000 no ha sido fácil para Econometría Consultores. Ha implicado años de arduo trabajo, aprendizaje continuo y adaptación a un entorno empresarial en constante cambio. Sin embargo, la empresa ha sabido enfrentar los desafíos con determinación y visión estratégica, lo que le ha permitido crecer de manera sostenida y consolidar su reputación como un referente en el campo de la consultoría y evaluación de políticas públicas e inversiones sociales.

Uno de los pilares del éxito de Econometría Consultores ha sido su equipo humano. Compuesto por profesionales altamente calificados y apasionados por su trabajo, el equipo de la empresa ha sido clave en la consecución del proyecto 1.000 y en la satisfacción de los clientes a lo largo de los años. La cultura de colaboración, el espíritu de equipo y el compromiso con la excelencia son valores fundamentales que han guiado el trabajo de cada miembro de Econometría Consultores en cada proyecto que emprenden.

A medida que Econometría Consultores celebra este escalón está preparada para afrontar nuevos retos y seguir creciendo en el futuro. En especial, hacemos un reconocimiento de gratitud a nuestros clientes nacionales e internacionales que han confiado en nuestros servicios, así como a nuestras firmas, organizaciones y universidades aliadas que nos han acompañado en este camino como Soluciones Estratégicas de Información SEI y tantas otras que nos han aportado aprendizajes y sus capacidades. Igualmente, a nuestra competencia a quienes agradecemos por construir día a día la consultoría colombiana.

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¿Existe equidad en el campo colombiano para las mujeres?

¿Existe equidad en el campo colombiano para las mujeres?

Escrita por: Nury Bejarano, directora de proyectos - socia.

Sin lugar a duda, marzo es un mes para conmemorar la lucha por garantizar la equidad social, económica, cultural y política de las mujeres. Desde inicios del siglo XX, tiempo al que se atribuye el inicio de este movimiento, se han realizado muchos avances en términos de igualdad de oportunidades. Sin embargo, hoy en día persisten grandes factores que afectan la equidad entre hombres y mujeres, especialmente si se reside en la ruralidad colombiana.

Según el DANE, en el 2023, aproximadamente el 23% de los habitantes del país residía en zonas rurales, del cual el 48% eran mujeres. En diversos estudios adelantados recientemente por Econometría Consultores (evaluaciones al Proyecto Alianzas Productivas, el Campo Emprende, Programa de Alianzas Comerciales y el diagnóstico de la Actividad de Agricultura Sostenible), se ha encontrado que la mujer rural se ve enfrentada a un sin número de barreras, que al final, afectan severamente su autonomía económica, personal y profesional. Dentro de estas barreras, se han identificado factores como estereotipos frente al trabajo que “deberían” desempeñar, lo cual generalmente está asociado con actividades del cuidado y economía del hogar, por ejemplo, preparar los alimentos para el hogar y los trabajadores y/o cuidar a los hijos, a los adultos mayores o a personas con discapacidad. Un segundo factor identificado, es el acceso desigual a los recursos productivos, en donde, en comparación con los hombres, la mujer tiene una menor tenencia de tierra y un menor acceso al sistema financiero. Particularmente la solicitud y otorgamiento de créditos está limitado dada la falta de garantías, al no tener un título que respalde la solicitud.

Un tercer factor que afecta la equidad de oportunidades entre hombres y mujeres es la dificultad de obtener un empleo de calidad. Mientras la tasa de ocupación de los hombres en el área rural es del 70,7%, en las mujeres es del 29,3% (datos del DANE-GEIH, 2022). Esta brecha es explicada en parte por las actividades de cuidado y economía del hogar que tienen a cargo las mujeres y por barreras a su contratación en las empresas; en este último caso (barreras a contratación), la brecha se acentúa dada la combinación de tiempo limitado y menor nivel educativo alcanzado en comparación a los hombres. Por último, se ha evidenciado por Econometría que las mujeres rurales son más susceptibles de ser víctimas de violencia doméstica o ser afectadas por el conflicto armado.  

Estos cuatro grandes factores llevan a que se amplíe la brecha de género, afectando severamente la toma de decisiones en espacios comunitarios, dificultando acciones de liderazgo, empoderamiento y uso del tiempo, con todas las consecuencias sobre la salud y bienestar de la mujer.

En este orden de ideas, las estrategias para contrarrestar los efectos de los factores que afectan la equidad y por consiguiente cerrar las brechas de género identificadas, deben iniciar por un proceso formativo, no solo en las mujeres mismas, sino en su entorno cercano, abordando en primera medida a su familia, luego su círculo personal y en paralelo el ámbito productivo. El objetivo de esta etapa es desmitificar creencias innatas en la cultura rural colombiana. Una vez consolidado el proceso formativo, es indispensable apostar por una dinámica transformadora que suministre herramientas para que el cambio sea permanente. Sin lugar a duda, esta etapa, en la que se busca cambiar comportamientos, demanda tiempo. Sin embargo, para obtener resultados en el corto plazo, es necesario propiciar la autonomía económica de las mujeres, vía proyectos productivos sostenibles y rentables, tal que se conviertan en un factor que apalanque la transformación.

Dos ejemplos de ello los encontró Econometría en las evaluaciones a las intervenciones que realizó la Fundación Alpina. En el primer caso, con una intervención que buscaba mejorar la autonomía económica de las mujeres rurales en cinco municipios del departamento del Cauca. A través de un paquete integral, que no solo combinaba formación a todos los miembros del hogar en temáticas asociadas a la Violencia Basada en Género (VBG) sino que se articulaba con la entrega de insumos productivos y su conexión con el mercado, se lograron cambios en los niveles de conocimiento, ingresos, participación y toma de decisiones. Se empoderó económicamente o a las mujeres. Si bien ellas incrementaron sensiblemente sus conocimientos en VBG, lo que más jalonó la autonomía económica fue la conexión con el mercado. Cuando no se cuenta con elementos para llegar a una comercialización exitosa, no es posible generar la transformación, pues no se dispone de una fuente de ingresos. Eso se evidenció en otra intervención desarrollada en territorios vulnerables de Nariño, Puerto Carreño y la Guajira. Si bien se encontró un mejoramiento en conocimiento y toma de decisiones, factores externos como el conflicto armado y las características culturales de la región se han convertido en obstáculos para el desarrollo individual de las mujeres.

Con estos ejemplos sobre la mesa, la agenda pública dispone de buenos elementos que pueden ser rescatados de estas iniciativas, que pueden ser incorporados dentro de sus líneas estratégicas. Como se mencionó previamente, es indispensable iniciar con una estrategia formativa, en donde se trabaje no solo con la mujer, sino también con su entorno cercano, con el objeto de desmitificar los estereotipos existentes y normalizar la equidad en tareas, acceso a bienes y oportunidades de desarrollo personal y profesional. En segundo lugar, para consolidar el cambio formativo y lograr resultados en el corto plazo, se debe propiciar la transformación vía empoderamiento económico. En el sector rural ello se puede garantizar con proyecto productivos robustos, lo cual exige su consecuente articulación con el mercado.

Si bien, como se mencionó anteriormente, existen grandes factores que afectan la equidad de género, rescatando las experiencias exitosas y las lecciones aprendidas de diferentes iniciativas desarrolladas en el país, es posible diseñar acciones para dar garantías a la mujer rural, empezando por apostarle al logro de una mayor autonomía económica.

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El cáncer: prevalece con o sin reformas

El cáncer: prevalece con o sin reformas

Escrita por: María Carolina Latorre, directora de proyectos - socia.

El debate en el sector de salud de Colombia en los últimos meses se ha centrado en las reformas propuestas por el Gobierno para hacer cambios en el sistema de prestación del servicio. No obstante, independientemente del debate político sobre el funcionamiento del sistema, la prevalencia de enfermedades que requieren de mecanismos eficientes para la atención continúa en aumento, como es el caso del cáncer.

De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), el cáncer es una de las principales causas de mortalidad en las Américas. En 2022, causó 1,4 millones de muertes, 45,1% de ellas en personas menores de 69 años. En el caso de Colombia, según el Ministerio de Salud y Protección Social, el cáncer es considerado un problema importante de salud pública, con un número de enfermos que ha aumentado en los últimos años y un estimado de cerca de 96 personas que mueren cada día en el país a causa de esta enfermedad.

El Gobierno colombiano ha hecho esfuerzos en mejorar la planeación para el control del cáncer en el país, siendo pionero en proponer una mirada integral que considere, no solo la atención, sino aspectos de prevención, detección temprana, mejoramiento de la calidad de vida de los pacientes y sobrevivientes del cáncer, gestión del conocimiento y tecnología, así como formación y desarrollo del talento humano.

Estas líneas estratégicas se incluyeron en el Plan Decenal del Control del Cáncer en Colombia, implementado entre 2012 y 2021, el cual fue evaluado recientemente por Econometría Consultores. El plan logró reunir todos los elementos relevantes para reducir la prevalencia del cáncer, identificando las responsabilidades que todos tenemos en este propósito, que van desde alimentarnos saludablemente, hacer ejercicio, evitar contacto con sustancias tóxicas y asistir a chequeos médicos, hasta el rol que cumplen entidades de los gobiernos nacionales, territoriales y del sector salud en remisión de casos, mejoramiento de los sistemas de información, articulación de la atención y capacitación del talento humano, para prestar servicios integrales y de calidad en todas las etapas del proceso de asistencia a los pacientes y sus familiares.
En el caso de las estrategias para la detección temprana de la enfermedad, el plan priorizó el cáncer de cuello uterino, de mama, de próstata, colorrectal e infantil (leucemias agudas pediátricas), por ser los de mayor incidencia, y mayor facilidad para la realización de tamizajes que permitan obtener un diagnóstico oportuno y la remisión a tiempo de los pacientes.

Así mismo, en las actividades de prevención, el plan propuso actividades para el control del riesgo de consumo y exposición a productos de tabaco y sus derivados, control del riesgo del consumo nocivo de alcohol, promoción del consumo de frutas, verduras y la alimentación saludable, promoción de la actividad física, control del riesgo frente a carcinógenos ocupacionales (asbesto, sílice, benceno, plomo compuesto inorgánico, radiación ionizante), control del riesgo frente a la exposición a radiación solar ultravioleta y protección específica a virus relacionados con cáncer (como la Hepatitis B y el Virus del Papiloma Humano).

El plan también constituyó una herramienta para el posicionamiento del control y la atención integral del cáncer en los temas en la agenda nacional y territorial, la asistencia y acompañamiento técnico y la articulación entre entidades. Gracias a él, se lograron avances en la normatividad como la prohibición del uso del asbesto. Sin embargo, como muchas de las iniciativas promovidas desde el Gobierno Nacional, se identificaron limitantes para su implementación, principalmente en los territorios donde el acceso a tecnología y recursos para la atención es menor que en las grandes ciudades.

Las oportunidades de mejora que se evidenciaron en la evaluación son aspectos fundamentales a tener en cuenta en la planeación nacional y territorial en materia de salud pública. Para continuar avanzando en estrategias que permitan reducir la prevalencia del cáncer en Colombia, es necesario priorizar estas áreas de trabajo en planes locales como los planes decenales de salud pública, y demás instrumentos del orden nacional y regional que permitan dar continuidad a las acciones realizadas y al posicionamiento logrado gracias al Plan Decenal.

El caso particular del cáncer además es un ejemplo de los procesos urgentes que se deben promover para evitar el aumento de casos, dado que el énfasis no necesariamente debe darse en la atención, sino en las acciones de control y prevención que las personas pueden tomar y que contribuirían a disminuir la probabilidad de tener que someterse a un tratamiento.

Los problemas del sistema de salud son generalmente vistos como las prácticas que no funcionan entre las entidades que prestan la atención, sin hacer un llamado a la responsabilidad que tenemos todos de mejorar nuestros hábitos de vida, procurar que el ambiente donde vivimos sea saludable y ser conscientes de la importancia de los diagnósticos oportunos.

Está comprobado que el tabaco, la dieta, la obesidad, las infecciones y el alcohol, son los principales factores causales de las muertes por cáncer, con mayor fracción atribuible que la historia familiar y los aspectos genéticos. Todos estos aspectos son controlables por el ser humano, y un adecuado monitoreo de los hábitos y de demás aspectos relacionados con ellos, pueden reducir significativamente el riesgo de padecer la enfermedad.

Las mejoras prioritarias para avanzar en la salud de la población no dan espera a las decisiones que se tomen respecto a las reformas de sistema. Los nuevos gobiernos regionales deben considerar los retos existentes para garantizar el control de enfermedades en sus territorios, tomando en cuenta lecciones aprendidas de experiencias anteriores y planeando respuestas integrales que generen cambios en el corto y en el mediano plazo.

Así mismo, las personas de todas las edades, sexo y regiones, debemos cumplir con nuestras responsabilidades de cuidado, para contribuir en lo necesario para lograr reducir la prevalencia de este tipo de enfermedades, que requieren, no solo del fortalecimiento institucional nacional y local, sino del cambio de conciencia en las prácticas de vida.

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