Por otra parte, si se compara la tasa de interés de política monetaria ajustada por inflación con la de otros países, se puede ver como Colombia durante 2020 estuvo en el rango superior. Ahora que la inflación está en un nivel de más de dos dígitos (10.2 %), la tasa de política monetaria real colombiana es negativa, pero aún tiende a ser mayor que la tasa de política monetaria real promedio. Así, la explicación podría no estar ahí.
Entonces, ¿en dónde está? Me aventuro a dar dos respuestas. La primera es que, paradójicamente, el paro nacional del 28A generó una serie de acciones que hoy explican esta tasa de crecimiento tan alta. La segunda es que WOM llegó en el momento indicado.
El paro nacional estalló luego de una propuesta de reforma tributaria. Dicho paro le mostró al gobierno anterior que el espacio para subir impuestos era bien limitado. Ello hizo que subir el precio de la gasolina fuera impensable, a pesar de que era un tema que debía discutirse. El año pasado ya se había experimentado un incremento muy importante en los precios del petróleo por cuenta de la OPEP y ello hacía necesario aumentar el precio de la gasolina con el fin de evitar un aumento importante en el déficit fiscal. Casi un año después del paro nacional estalla la bomba del Fondo de Estabilización de Precios del Combustible (FEPC). Este desfase en el aumento del precio de la gasolina impulsa al crecimiento, pues al subsidiar un insumo intermedio como la gasolina se está subsidiando a todas las actividades productivas que dependan del transporte para su funcionamiento.
La segunda explicación es que el operador de celular WOM entró a tiempo al país. En 2019, WOM entra a Colombia tras el resultado de una subasta de espectro electromagnético. Lo anterior obligó a esta compañía a invertir en el sector de telecomunicaciones. Al llegar la pandemia, WOM ya estaba comprometido con estas inversiones y, además, el teletrabajo impulsó aún más al sector de telecomunicaciones. De esta manera, Colombia vivió un proceso de competencia que disminuyó los precios en los servicios de telecomunicaciones de manera importante. En ese momento, el insumo de producción más requerido para el teletrabajo eran las telecomunicaciones. Mientras el resto del mundo veía una estabilidad en estos precios o incluso un aumento en ellos, Colombia vivía su mayor reducción de precios en telecomunicaciones. Lo anterior permitió que la adopción del teletrabajo fuera más económica y catalizó una transformación tecnológica importante en algunos sectores.
¿Qué aprendizajes se pueden destacar?
En primer lugar, el debate del FEPC debe tener en cuenta los efectos en crecimiento económico e inflación. Sería preferible tener un plan de ajuste gradual que no incida en la inflación de manera rápida. La inflación es más persistente entre mayor es, por lo tanto, hacer el ajuste durante 2022 y 2023 podría empeorar las cosas. Sería preferible esperar a 2024. Es importante notar que es un subsidio que aumenta el PIB de manera importante, entonces sería mejor disminuir el déficit por otro rubro cuyo multiplicador sea menor.
En segundo lugar, el caso de WOM nos muestra las bondades de aumentar la competencia en sectores clave. Lo anterior permite un mayor nivel de inversión, una mejor calidad del servicio y un menor precio para el productor y el consumidor. Por lo anterior, sería útil promover medidas que aminoren el precio, como la reducción del IVA a este sector durante la pandemia.