La literatura como por ejemplo la publicada por el Nist de Estados Unidos (por sus siglas en inglés National Institute of Standards and Technology), sobre “Métodos para calcular el impacto de eventos mayores” (2013), así como el Informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma) sobre el impacto de las COP (2022), discute metodologías de medición, menciona efectos medibles como el aumento del turismo, pues la llegada de delegados, activistas y medios de comunicación puede impulsar este sector a nivel local, con un aumento en la ocupación de hoteles, restaurantes y servicios. De otro lado, los eventos suelen requerir mejoras en la infraestructura, como transporte y comunicación, lo que puede tener beneficios a largo plazo para la comunidad. Ser anfitrión de una COP puede elevar el perfil internacional del país, atrayendo inversiones y atención, especialmente en temas ambientales y de sostenibilidad. La preparación y realización de la conferencia suelen crear empleos temporales en varios sectores, desde la construcción hasta el servicio al cliente. Un evento de esta envergadura facilita la creación de redes entre gobiernos, ONG y el sector privado, lo que puede resultar en futuras colaboraciones y proyectos. La preparación para la COP puede impulsar la capacitación y el desarrollo de habilidades en el personal local, beneficiando a las comunidades.
Las metodologías que se utilizan van desde el análisis costo – beneficio, la publicación y análisis de estadísticas de turismo o de inversión, así como métodos cualitativos como estudios de caso, estudios de redes (networking) que se impulsan, entre otros.
Si bien hay que diferenciar el tipo de COP16 de Biodiversidad que es de carácter regional (aunque con presencia de múltiples naciones), de las consecutivas de carácter global, como la última COP27 de Cambio Climático en Egipto, la metodología de medición del impacto de realizar una conferencia no debería ser muy distinta. Estos impactos se han medido en varias ocasiones. Una de las más evaluaciones más emblemáticas, quizás por su trascendencia, fue la realiza a la COP21 de Cambio Climático que tuvo lugar en París.
En total, se estimó por parte del gobierno francés e instituciones académicas, que la COP21 generó un impacto económico significativo en París, con un rango de 180 millones a 200 millones en beneficios económicos directos, junto con la creación de empleos y la inversión. Se estimó que atrajo aproximadamente 40.000 asistentes y se reportó la creación de hasta 10.000 empleos temporales en la región, debido a la preparación y realización del evento. Cada asistente gastó un promedio de US$4.500 durante su estancia en la ciudad, incluyendo alojamiento, alimentación y transporte.
Para no ir tan lejos, el Gobierno de México y el Pnud calcularon que la COP16 de cambio climático (global) en Cancún en 2010, generó aproximadamente US$100 millones en ingresos relacionados con el turismo, que incluían el gasto de los delegados y otros asistentes. Se reportó la participación de alrededor de 30.000 delegados y que cada asistente gastó alrededor de US$3.000 durante su estancia, lo que contribuyó a la economía local.
La última medición de una COP similar a la de Cali es la de Marrakech, realizada por el Gobierno de Marruecos y el informe de Cmnucc. Se estimó que el evento generó alrededor de US$150 millones en ingresos turísticos, las mejoras en infraestructura superaron los US$100 millones y aproximadamente 9.000 empleos temporales relacionados con la organización del evento y al sector turístico.
La Alcaldía de Cali inicialmente ha estimado alrededor de 15.000 delegados y US$25 millones en ingresos directos para la ciudad. Sin embargo, los análisis que se hagan sobre la COP16 deberán incluir también los costos incurridos en su organización, que pueden variar significativamente según el país anfitrión, la duración del evento, la infraestructura disponible y el número de participantes. Por ejemplo, los costos por el uso de centros de convenciones, inversiones en transporte público, marketing y tecnología. En el caso de Cali, por la coyuntura del país, será necesario medir los costos asociados con la seguridad del evento, incluyendo personal de seguridad, control de acceso y medidas de emergencia. Para tener una referencia, se estima que los costos totales de la COP21 de París en cuanto a la organización fueron de aproximadamente de US$200 millones, incluyendo infraestructura, logística y seguridad. Los de Marrakech se estimaron entre US$50 y US$60 millones.
Por supuesto, un evento relacionado con la sostenibilidad deberá medir su huella de carbono. Para la de París, se realizó un análisis exhaustivo, que incluyó emisiones generadas por el transporte de asistentes, la construcción de infraestructura, y las actividades relacionadas con la conferencia. Se estimó que las emisiones totales fueron significativas, y se implementaron medidas para mitigar el impacto, como la compensación de carbono. Para la COP26 de Glasgow llevó a cabo una evaluación de su huella de carbono, considerando factores como el transporte aéreo de los delegados, el uso de energía en el centro de conferencias y los residuos generados.
Hasta ahora no se han encontrado mediciones de efectos sobre las comunidades específicas. Pero cuando se haya realizado la de Cali se deberá hacer el intento de especificar el valor del beneficio recibido por las que participaron en la conferencia. Las discusiones que se presenten deben poderse zanjar con datos y no con especulaciones. Vale destacar, que en esta ocasión, Econometría ha apoyado al Centro de Estudios Manuel Ramírez para hacer presencia en esta COP mediante un evento el día 1 de noviembre en el auditorio 2 de la Cámara de Comercio de Cali a las 10 am en el cual se realizarán simulaciones participativas de un modelo de financiación de Programas jurisdiccionales para enfrentar la deforestación y la degradación de los bosques.