Durante las últimas semanas, en el país se han presentado varias discusiones sobre las características de la prestación del servicio de energía eléctrica del Sistema Interconectado Nacional, SIN. Por un lado, se ha discutido la posibilidad que el sistema se encuentra bajo cierto nivel de “estrés” debido a la alta dependencia de fuentes hídricas y las posibles dificultades en el suministro de gas. Por otro lado, se ha puesto de manifiesto la necesidad de mejorar la prestación del servicio, así como disminuir las tarifas al usuario, aspecto fundamental en algunas regiones del país. Sin embargo, si bien estos aspectos son clave para el debate, es igual de importante poner de manifiesto la cobertura y acceso del servicio de energía en las zonas más apartadas del país.
De acuerdo con datos del índice de Cobertura de Energía Eléctrica, Icee, de la Unidad de Planeación Minero-Energética, Upme, en ciertas regiones periféricas del país la cobertura del servicio de energía eléctrica no se encuentra garantizado para toda la población. Por mencionar algunos, departamentos como Vichada tienen una cobertura de 55%, La Guajira de 61% y Guainía de 77%.
Las zonas rurales del país tampoco son ajenas a esta situación. De acuerdo con la Encuesta de Calidad de Vida (Dane) a 2023 un 5,2% de los hogares de esas zonas, es decir, 634.000 personas, carecían del servicio de energía eléctrica.
En general, las regiones periféricas, que coinciden con las denominadas Zonas No Interconectadas, ZNI, presentan, al igual que las zonas rurales más alejadas, las menores tasas de cobertura del servicio, con la consecuencia directa de presentar menores niveles de desarrollo tanto económico como social. Sobre este último aspecto, distintos estudios han demostrado que el acceso a la energía eléctrica fomenta el desarrollo humano en tanto que permite mejorar las dimensiones de educación, salud y generación de ingresos.
En esa línea de estudios, Econometría recientemente desarrolló una consultoría para el Departamento Nacional de Planeación, DNP, en el que, entre otros, identificó los resultados para los usuarios del acceso a la energía eléctrica a través de proyectos financiados por los fondos públicos Fazni, Faer y Prone. El primero, el Fondo de Apoyo Financiero para la de las Zonas No Interconectadas, Fazni, centrado en la ampliación de cobertura de las ZNI, el segundo el Fondo de Apoyo Financiero para la Energización de las Zonas Rurales, Faer, enfocado en las zonas rurales sin servicio del SIN y el último el Programa de Normalización de Redes Eléctricas, Prone, que busca, como su nombre lo indica, la legalización de redes existentes.