No obstante, había retos relevantes. El alto incremento en el gasto público para hacer frente a la pandemia elevó de manera importante los niveles de deuda pública, lo que redundó en un aumento en las tasas de interés. Así, hoy los países no cuentan con espacio fiscal para hacer frente a una crisis económica. Por su parte, la política monetaria también está seriamente restringida pues la inflación aún no ha convergido a la meta. A pesar de ello, las perspectivas antes de la guerra comercial permitían cierto optimismo en este frente, pues los países podrían empezar un ciclo de consolidaciones fiscales para empezar a reducir estos niveles de endeudamiento y terminar el proceso de ajuste postpandemia.
Sin embargo, la guerra comercial cambio el panorama de manera relevante. Los pronósticos de crecimiento económico de 2025 del FMI se redujeron en 125 de los 190 países del mundo y en el caso de 67 países dicha reducción fue de al menos 0,5 puntos porcentuales, con respecto a los pronósticos hechos en octubre de 2024. Adicionalmente, en 100 países se incrementó la proyección de inflación de 2025, y en 42 de ellos el incremento fue de más de un punto porcentual, con respecto con los estimativos hechos en octubre de 2024.
Como se puede ver, los efectos de esta guerra comercial son lesivos, y esto mismo permite prever que la situación podría mejorar en el medio plazo si se busca un apaciguamiento. Esto es previsible pues Estados Unidos también se vería seriamente afectado por las medidas de Donald Trump. Según el FMI, dicha economía crecería 1,8% en vez de 2,8% pronosticado en enero de 2025. Por su parte, la inflación se incrementó en cerca de un punto porcentual. Adicionalmente, la alta incertidumbre y la pérdida de confianza en Estados Unidos ha hecho que la tasa de interés de su deuda pública se incremente y también ha afectado de manera importante a las bolsas de valores. Por estos efectos es que se considera que la guerra comercial podría apaciguarse, pues Estados Unidos no tiene la misma capacidad para llevarla a cabo, sobre todo, frente a China. Obviamente, ello depende de que el presidente Trump actúe racionalmente, lo que, a partir de la experiencia, no podría garantizarse.
En el caso colombiano, el impacto directo es limitado, pese a estar entre los países gravados con un arancel de 10%. El FMI estima un crecimiento de 2,42% para 2025, apenas por debajo de 2,48% proyectado en octubre. Anif proyecta un crecimiento de 2,7% frente a 2,8% anterior. El pronóstico de inflación a fin de 2025 del FMI aumentó de 3,5% (octubre 2024) a 4,1% (abril 2025), más por factores internos que por el entorno global. Estos pronósticos son consistentes con nuestras propias estimaciones (crecimiento de 2,7% e inflación a fin de año de 4,3%).
No obstante, que Colombia no esté entre los más golpeados no significa que esté libre de vulnerabilidades. El 18 de abril, el personal técnico del FMI destacó la recuperación de la actividad y la moderación de desequilibrios como la inflación y el déficit externo. Pero también expresó preocupación por el nivel de déficit fiscal y endeudamiento. Por ello, valoró positivamente el plan financiero que proyecta un déficit de 5,1% del PIB para 2025. A nivel local, sin embargo, preocupa el reciente decreto que adelanta el recaudo del impuesto de renta de 2026 para ajustar la caja de 2025. Esta medida, aunque útil en el corto plazo, compromete la sostenibilidad fiscal del próximo gobierno y afecta el flujo de caja de las empresas en 2025.
En suma, aunque la economía colombiana aún no refleja efectos severos por la guerra comercial, su fragilidad fiscal y la recurrencia a medidas insostenibles podrían dejar al próximo gobierno sin herramientas para enfrentar futuras turbulencias. La historia de la crisis de los años 30 ilustrada por Kindleberger nos recuerda que los errores de política, si se repiten con insistencia, pueden conducir a espirales difíciles de revertir. En el caso colombiano, el error no serían los aranceles, sino el incrementar de manera excesiva la tributación de las empresas en un contexto de bajo crecimiento.